El funeral de Elías Yanes, arzobispo emérito de Zaragoza, está celebrándose desde las 12.00 horas de hoy en la catedral de Nuestra Señora del Pilar. Los concelebrantes principales son los cardenales Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, y el aragonés Juan José Omella, quien fue obispo auxiliar de Zaragoza y, actualmente, es arzobispo de Barcelona.

El féretro ha sido recibido por Vicente Jiménez entre aplausos de los fieles y cantos de los infanticos. Una veintena de obispos, además de autoridades políticas como la vicealcaldesa Luisa Broto, el justicia de Aragón, Jorge Azcón del PP, Mar Vaquero (portavoz del PP en las Cortes) y el consejero sanidad, Sebastián Celaya, asisten al funeral.

La basílica se ha llenado de fieles que han acudido a despedirle. Yanes ha sido vestido con sus últimas vestiduras y con su báculo y se ha puesto el manto de la Virgen del Pilar a sus pies.

DESPEDIDA EN EL PALACIO ARZOBISPAL

No habían dado las doce del mediodía y ya había gente esperando en la entrada de acceso del Palacio Arzobispal de Zaragoza para despedir al arzobispo emérito Elías Yanes, fallecido el pasado viernes. Tras un responso del actual arzobispo, Vicente Jiménez Zamora, el goteo de ciudadanos y autoridades que acudieron a la capilla ardiente situada en el Salón del Trono fue constante durante todo el día.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, el Justicia, Fernando García Vicente, el expresidente, Hipólito Gómez de las Roces, el presidente del PAR, Arturo Aliaga o el diputado del PP, Modesto Lobón, despidieron al que fue nombrado Hijo Adoptivo de Zaragoza por su trabajo pastoral en la ciudad.

«Yanes hizo todo lo posible por que el entendimiento entre la Iglesia y los poderes civiles fuera posible», recordó Lambán, que aseguró que «contribuyó a la modernización del país con aportaciones muy importantes para la convivencia». El presidente lamentó que, a menudo, se olvide el papel que jugaron personalidades como el cardenal Tarancón y el propio Elías Yanes, quienes fueron «muy importantes y decisivos para aquella transición ejemplar de la dictadura a la democracia», aseguró.

Para Vicente Jiménez Zamora, el fallecimiento de Yanes ha supuesto «una gran pérdida para la Iglesia». Le recordó como un «pastor bueno y solícito. Fiel y prudente que quiso a su pueblo, al pueblo de Aragón, quiso a Zaragoza, quiso a España y quiere a la Iglesia católica».

Precisamente fue por esta implicación con la ciudad, donde se quedó tras ser relevado en el 2005 hasta su muerte, por lo que muchos zaragozanos se acercaron ayer hasta el Palacio Arzobispal para despedirle. Fue el caso de Manuel Fandas, antiguo alumno de Yanes. «Siempre le he apreciado mucho. Fue como un padre para mí y todo un ejemplo. Siento que es un referente», comentó en el Salón del Trono.

El expresidente de Aragón, Gómez de las Roces, reconoció que sus primeros contactos con Yanes «fueron difíciles» pero que acabó manteniendo una buena amistad. «Comentábamos cosas que un político y una jerarquía de la Iglesia no suelen hablar», recordaba ayer y confesó que en el libro de condolencias le había pedido que «hiciera lo posible» por verse «en el cielo».