El turismo todavía tendrá que esperar al menos una semana, pero la reapertura al público del palacio de La Aljafería constató este lunes que los zaragozanos tienen ganas de cultura. Casi 70 personas se animaron a visitar el histórico edificio, que en unos días con las solicitudes abiertas ya tiene 300 para esta semana. Ayuda que, para fomentar la vuelta a la normalidad y el consumo, las Cortes decidieran hacer las visitas gratuitas, como permanecerán hasta septiembre.

Por el momento, eso sí, los visitantes fueron mayoritariamente zaragozanos. Lo más exótico, explicaban fuentes de la organización, fueron un grupo llegado de Caspe y un joven italiano, aunque residente en Zaragoza, que aún no se había acercado a visitar el segundo monumento más concurrido de Aragón, tras el Pilar.

Pero para el se acercaron muchos, y además con muchas ganas. Así lo corroboraba Teresa Gascón, coordinadora de los guías turísticos que explican los entresijos del palacio a los visitantes. «La gente ha venido muy contenta y muy interesada, con muchas ganas de preguntar, se nota que tenían ganas», explicaba la responsable en el patio de los naranjos.

Las visitas, eso sí, han cambiado. Para empezar porque ya no son guiadas como tal. Ahora, explicaba Gascón, hay tres guías situados en tres puntos estratégicos del palacio, que van explicando a los que llegan esa zona en concreto y les dirigen para llegar a la siguiente. Y no se reparten folletos físicos, sino que se indica cómo descargarlos en el teléfono móvil para minimizar el contacto.

Los requisitos de seguridad por el coronavirus han obligado a tomar otras medidas. Hay un máximo de 80 plazas para cada hora, con grupos cada 15 minutos que pueden ser, como máximo, de 20 personas.

RESERVA

Por el momento, las citas han de reservarse por telétono. Concretamente en el 976 28 96 85, que está activo entre las 9.00 y las 14.30 horas. Aunque los responsables están estudiando habilitar algún otro sistema de cara a la semana que viene, con la reapertura de fronteras que podría atraer a turistas franceses y de otras nacionalidades.

Estos podrán disfrutar del palacio casi en su totalidad, aunque hay algunas salas que han tenido que descartarse del recorrido por la pandemia, por no poder garantizar la separación personal. Sucede por ejemplo con una de las plantas de la Torre del Trovador, y con la sala de interpretación del escudo de Aragón, al incluir muchos elementos tácticos. También se ha limitado de momento el acceso a las Cortes, porque la actividad parlamentaria ahora se desarrolla en el salón de plenos, aunque sean comisiones, y casi todos los días hay alguna.

Pese a todo, la visita es «muy recomendable». Lo atestiguaban Mercedes Ferrer y Ángel Ramos, un matrimonio de zaragozanos que se acercaron ayer a redescubrir el palacio, tras unos años sin visitarlo. Tuvieron la suerte además de ser los únicos que habían reservado en su franja horaria, con lo que tuvieron «una visita privada». «Estábamos solos y nos ha recibido una guía, Mila, y luego Javier, ambos encantadores», explicaba Mercedes, repasando todos los patios y salas disfrutados.

«Lo nuestro es lo nuestro, y esto si estuviera en cualquier otro lado se valoraría mucho más», afirmaba Ángel.