Malos tiempos para los talleres y los vendedores de coches. La pandemia está suponiendo un duro golpe para el sector, que ha visto desplomar su negocio como consecuencia de las restricciones de movilidad y la caída de ventas de los vehículos. Esta crisis es la que ha llevado a Auto Aslay —más conocida como Zavisa—, concesionario oficial de Opel en Zaragoza, a presentar concurso voluntario de acreedores con la intención de salvaguardar su actividad y «tratar de sobrevivir», según explicaron a este diario fuentes de la empresa, que tiene 40 años de historia y es una de las que más solera de la ciudad en el mercado del automóvil.

«Tenemos la intención absoluta de continuar», recalcaron desde Zavisa, cuya actividad tanto de venta como posventa se sigue desarrollando «con normalidad», dentro de las dificultades que conllevan las restricciones marcadas por las autoridades sanitarias. La firma continúa así dando servicio en su establecimiento de Vía Hispanidad y en el céntrico taller que tiene en la calle Almagro.

La plantilla, formada 58 trabajadores, se encuentra en un erte parcial desde que estalló la crisis sanitaria, que se modula en función de la evolución de la actividad. La compañía asegura que por el momento no tiene intención presentar un despido colectivo (ere), como ya hizo en la anterior crisis.

Zavisa pertenece desde hace unos años al grupo navarro Mundomóvil, líder del sector de automoción en la comunidad vecina, donde tiene cinco concesionarios. El concurso de acreedores fue declarado el pasado 22 de enero por el Juzgado de lo Mercantil número dos de Zaragoza, que tramita en el mismo proceso la insolvencia de Tavesa Turismos, un concesionario oficial de Opel en Logroño de la misma propiedad. La administración concursal está en manos del despacho zaragozano Senda Abogados y Asesores.

Caída de las ventas de coches

«La intención en todo momento es sacar hacia delante la empresa», recalcaron fuentes de la gerencia, que consideraron el concurso como «una herramienta que la justicia pone a nuestra disposición para poder salvar la empresa». «Simplemente es una pausa en la deuda para ganar tiempo y llegar a un acuerdo con los acreedores», precisaron, al tiempo que confiaron en que el sector recupere progresivamente la normalidad, sobre todo en la segunda mitad del año con el avance de la vacunación contra el covid.

La empresa achaca sus problemas económicos al «agujero» provocado por la pandemia. No en vano, las matriculaciones de vehículos nuevos en Aragón cerraron el 2020 con una caída del 21,1%, hasta 19.117 unidades. Este descenso fue el menor de todas las comunidades autónomas y diez puntos inferior al del conjunto de España (-32%), pero fuentes del sector aseguraron que esto no se debe a una mejor situación, si no a las automatriculaciones llevadas a cabo por un concesionario, lo que «distorsionado» la realidad de la estadística.

El coronavirus también ha tenido un especial impacto en la carga de trabajo en los talleres. «La gente no usa el coche por los confinamientos perimetrales y eso se nota», apuntaron desde Zavisa. Otras fuentes sostienen que los problemas de la firma vienen de antes y se deben en parte del achicamiento del mercado y la elevada competencia que existe en Zaragoza.