El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) admitió ayer que cometió un «error» al no convocar ningún tipo de acto conmemorativo el pasado 11 de marzo, Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo y aniversario del atentado del 11-M en Madrid. «No hubo diligencia suficiente para hablar con los grupos. Asumimos el error de convocatoria, pero no hubo ninguna mala voluntad», afirmó la vicealcaldesa, Luisa Broto, después de que los grupos de la oposición afearan al Gobierno por haberse mantenido en silencio en un día de esta relevancia.

Lo hizo durante la sesión plenaria en la que se aprobó por unanimidad una moción del PP por la que el consistorio se comprometió a reafirmar su apoyo a todas las víctimas del terrorismo de ETA, los GRAPO y los grupos yihadistas. El pleno también acordó emprender acciones de homenaje y recuerdo de las víctimas. Al menos es lo que aprobó, porque ya se hizo hace un año cuando los populares presentaron otra moción para colocar placas conmemorativas en aquellos lugares en los que se ha atentado. No se ha hecho nada.

El debate empezó centrado en el tema. «No se puede olvidar nuestra historia. Hay que trabajar en el relato y en la memoria porque no hay que olvidar», dijo Carmelo Asensio (CHA). «Los políticos tenemos que seguir esforzándonos en la unidad para que el relato sea inequívoco», prosiguió Carlos Pérez Anadón (PSOE).

Las chispas salieron con facilidad porque ZeC quiso que se incluyese en la propuesta del PP a las víctimas del franquismo, cosa que no sucedió. «Me parece curioso que no se ponga también en valor la violencia del franquismo porque es una herida que hay que limpiar y cauterizar porque todavía no está cerrada», declaró Broto.

Esta propuesta no le gustó nada al portavoz del PP, Jorge Azcón, que les acusó de «mezclar unas víctimas con otras». Y, claro estaba, salió a relucir que el alcalde, Pedro Santisteve, autorizó que una ex GRAPO condenada por asesinar a nueve personas en un atentado diera una charla en el Luis Buñuel. Tanto el PP como Cs le atacaron hasta que Pérez Anadón salió en su defensa criticando que Pablo Casado -y después Azcón- dijeran que es «amigo de los GRAPO». «Decir eso de un alcalde es una salida de tono, pero también que el alcalde se querelle a mes y medio de las elecciones por algo así. Esto nos resta credibilidad», aseguró el socialista.

«Se equivoca sacándole la cara cuando usted le llamó dictador por echarnos de las sociedades», le respondió Azcón, que reiteró que defiende a los «golpistas independentistas», «dictadores venezolanos» y es amigo de los GRAPO.