Algo debió decirle el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos Pérez Anadón, al responsable de Urbanismo del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), Pablo Muñoz, minutos antes de iniciarse la comisión de ayer, lo suficientemente convincente como para que este accediera a aplazar al próximo lunes, día del pleno, la votación que decidía la reconversión de los antiguos depósitos de Pignatelli. Una conversación a la vista de todos de 15 minutos que surtió efecto y dio oxígeno a los socialistas, en un debate que iba a mandar al cajón el mayor proyecto de ciudad de la legislatura.

Por el interés ciudadano que este tiene y la posibilidad de sumar más apoyos antes del próximo lunes, como defendió el edil, o quizá porque le recordaron que hay un presupuesto que negociar, como apuntó el PP y refrendó Muñoz: «Es bueno retomar el diálogo, para este expediente y para todo en general», dijo.

Lo cierto es que no eludió un debate en el que Ciudadanos (C’s) y sobre todo CHA, sus dos apoyos en este expediente, acabaron enfadados con él por rendirse tan fácil y sacar del orden del día una decisión que PSOE y ZeC ya llevan muchos meses negociando. Y ahora, ambos acceden a dialogar, escenifican una tregua en sus relaciones rotas -por su enfrentamiento en Urbanismo, precisamente-, pero al menos los nacionalistas ya le avisaron: un pacto que desvirtúe el que se llevaba a comisión no tendrá su voto.

«HACERSE UN PUIGDEMONT»

La más crítica fue la concejala nacionalista Leticia Crespo, quien acusó a Muñoz de «hacerse un Puigdemont» aplazando la decisión sobre «un proyecto de ciudad» con el que «no se sabe muy bien a qué está jugando el PSOE». «¿Negociar en tres días sobre qué?, les preguntó al edil de ZeC y a la socialista Lola Ranera. Los tres, antes del verano, llegaron a un acuerdo para impulsar 82 viviendas con las que impulsar la operación y un 30% de promoción pública, que los socialistas rompieron sin explicación. Ahora que se había reconducido con C’s, también lo retrasa y sin garantías de éxito el día 30, con un partido que «en una noche es capaz de cambiar de opinión».

«Este proyecto va cambiando cada 15 minutos», criticó Alberto Casañal, de C’s, quien vaticinó que «este fin de semana va a ser muy entretenido» pero confiando en que se cuente también con el resto de partidos en ese diálogo ZeC-PSOE.

Lo más gracioso -levantó alguna sonrisa- es que Ranera valoró la retirada del expediente como que Muñoz «retoma la vía del diálogo y se disculpa» con el PSOE. Insistió en que su posición se debía al «portazo» que este les dio en septiembre y que los pisos deben pagarlo todo, incluidos los 2,5 millones de euros adicionales que van a costar las 24 VPO introducidas por CHA.

Y lo inesperado fue que Pedro Navarro, del PP, acusara a Muñoz de excluirles de un acuerdo «por su cerrazón sectaria». «¿Quién le ha dicho que estamos en contra?», preguntó. Reclaman lo mismo que ahora pide el PSOE. El rifirrafe evidencia «los líos de la izquierda» municipal, pero ahora atisba un posible consenso.