El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha modificado, mediante decreto y sin informar previamente a los grupos municipales, la estructura de la Agencia Municipal Tributaria para «adecuarla a la consecución de los objetivos» de control del fraude fiscal, hace apenas seis meses.

Según explicaron desde el área de Hacienda, combatir el fraude es una medida de equidad impositiva, de justicia tributaria y de consolidación fiscal, ya que permite incrementar los ingresos municipales para financiar el gasto público sin aumentar la presión fiscal sobre la ciudadanía que está al día en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.

Los cambios estructurales incluyen la creación de unidades: la Oficina de Gestión Tributaria, la de Inspección Tributaria y la de Recaudación.

Se desconoce quién estará al frente de las mismas y cuánto costará esta reestructuración a las arcas públicas.

La agencia, dirigida por el responsable de las cuentas públicas, Fernando Rivarés, es el órgano encargado de ejercer las competencias propias que la legislación atribuye a la administración tributaria local que pretende conseguir una gestión integral del sistema tributario.