Aunque al final quedaron en tomar un café, Luisa Broto, de ZeC, y Ángel Lorén, el concejal de Acción Social, no se entienden. Protagonizaron ayer momentos muy tensos en la comisión que tuvo lugar en el salón de plenos, después de que este último le cortara el micrófono en tres ocasiones pese a disponer de tiempo, y la primera se acabara refiriendo a la puesta en marcha del servicio de violencia intrafamiliar exigido por Vox, que viene a sustituir los fondos para la igualdad y no ha gustado nada en los partidos de izquierdas. «Mantenga el tono del debate y obvie esos calificativos que ha usado», le indicó el del PP. «¿Qué calificativos?», le preguntó Broto. No hubo respuesta, aunque era fácil. Se había referido dos veces a Vox como ultraderecha.

Lo repetiría más tarde, ya sin comisión, al calificar de «escandaloso» que se utilicen las políticas de igualdad municipales como «moneda de cambio» con Vox y criticar que el alcalde, Jorge Azcón, admita «las tesis negacionistas del partido de extrema derecha tras el anuncio de implantar un servicio de apoyo a la violencia intrafamiliar».

Para ZeC, esta oficina supone «una cesión a la ultraderecha por su apoyo a los presupuestos municipales y al Gobierno de la ciudad», algo que «va a sufrir la ciudad y las mujeres de una forma aún más directa», advirtió en una nota de prensa la concejala de ZeC, Luisa Broto.

A su juicio, es «inadmisible» que fondos destinados a la promoción de la igualdad se estén utilizando para «financiar un servicio que, con tintes ideológicos, intenta poner a un mismo nivel la violencia intrafamiliar que la violencia machista y que supone en la práctica negar las 33 muertes de mujeres sucedidas este año y su vinculación con motivos de género».

Para ZeC, esta oficina «pretende encubrir una realidad, escondiéndola como algo que queda en el entorno de la familia», algo en lo que coincidieron Podemos y PSOE, donde María Ángeles Ortiz también tuvo reproches para Lorén.