Recientemente se celebraba en la Universidad de Zaragoza la jornada Nueva política, ¿nueva sociedad? en la que se debatían los cambios producidos en las instituciones y la política aragonesa tras el 15-M. Entre los invitados estaba el sociólogo Jaime Minguijón, autor de la tesis La génesis de los movimientos sociales desde la sociología relacional. Un estudio de caso: Ganemos Zaragoza, que analizaba el germen de lo que acabó siendo Zaragoza en Común (ZeC). Hoy, casi dos años después de las elecciones del 2015, analiza la realidad actual de esta formación de confluencia.

-¿Cree que ZeC se sigue pareciendo a aquel Ganemos Zaragoza que analizó en su tesis?

-Existe una tensión dentro de ZeC provocada por la combinación de la acción de Gobierno con el asamblearismo. Esto genera muchas dificultades porque la institución requiere a veces de respuestas inmediatas y son dos ruedas difíciles de encajar. Me pregunto si está adquiriendo cierta autonomía y si es verdad que los partidos que lo impulsaron han dado un paso atrás, especialmente Izquierda Unida. O Podemos, que nunca llegó a entrar pero hoy forma parte de esa segunda línea que representan los asesores. Tensión, sobre todo, entre los alineados con estas siglas y los que no lo están.

-¿Porque ambos partidos se pelean por tomar el timón en ZeC?

-No tanto por eso sino porque me pregunto si hay un debate real entre mantener la confluencia actual o ir a la fórmula de Unidos Podemos. Es verdad que a veces dan la sensación de unidad en algunos temas y en otros no, pero no sé si es una lucha por el control de ZeC o porque realmente cada uno va por su cuenta. Y es verdad que hay concejales que tienen tras de sí el respaldo de una organización fuerte, como IU, pero no hay que olvidar que el hecho de que los dos primeros de la lista en el 2015 fueran independientes ayudó que mucha gente se sumara a ellos.

-¿Es posible gobernar en la situación que vive ZeC en el ayuntamiento?

-El consistorio está permanentemente en el filo de la navaja. O se relajan los partidos de izquierda o esta tensión actual puede prolongarse seis años más, o el Gobierno acabará en manos del PP y Ciudadanos. Me quedo con la frase que decían de «tenemos el Gobierno pero no el poder». Eso genera una tensión interna, en sus bases, además de la externa con el PSOE y CHA. Además, también se han dado cuenta de hasta qué punto desde lo local se puede tener un poder alternativo porque su capacidad de incidencia es muy limitada. ¿Se puede promocionar un federalismo de base desde lo local, crear una confluencia de confluencias?

-Ha apuntado a esas tensiones internas. ¿Cree que las deudas que ZeC señalaba en los partidos tradicionales con los bancos y las grandes empresas las tiene con esos movimientos de los que nació?

-¿Es mejor tener hipotecas con los bancos o con los movimientos sociales? Los partidos tienen que estar metidos en una sociedad donde hay tensiones y conflictos. Un partido político no es una hermanita de la caridad ajena a lo que en ella sucede. El problema es de quién te pones de lado, de los bancos o de esos movimientos sociales. Ambos generan deudas y van a condicionar tus decisiones. Pero a veces se ponen en términos de buenos y malos y no es así. El mundo siempre ha funcionado así y es bueno que el péndulo a veces vaya a un lado y otras al otro.

-Hay ciudadanos que quizá le votaron en el 2015 y hoy no se sienten identificados con lo que ven.

-El plenario de ZeC puede albergar a 200 personas que trabajan activamente y la asamblea unas 5.000, pero que es que en las elecciones recibieron 80.000 votos. Son 75.000 personas que no tenían por qué estar en los movimientos sociales. Este es el proceso de desborde, de cómo se pasa del barrio de La Magdalena a toda Zaragoza. Pero yo, que he podido consultar las encuestas que se realizan, he comprobado que hoy ZeC obtendría un resultado muy similar al del 2015.

-¿Y cómo se explica eso?

-Hace dos meses habría compartido esa sensación de que la gente podría sentirse defraudada pero las encuestas no dicen eso. Así que creo que el problema no es tanto que esa gente refrende la gestión de ZeC como el hecho de no tener alternativa. ¿A quién van a votar, al PSOE con la que está cayendo en el partido? Puede ser compatible el desencanto con no traducirse en un cambio del voto. Los partidos, la sociedad o los medios de comunicación tenemos una visión muy sesgada de la realidad, conocemos lo que tenemos alrededor pero es más difícil asegurar lo que piensa la mayoría.

-¿ZeC ya es casta?

-Su evolución obedece a la teoría sobre lo instituido y lo instituyente. En el momento en que alcanzas la institución te alejas de la base. Eliminarla la administración sería el anarquismo y eliminar las bases sería lo contrario, el totalitarismo. Pretender llegar al Gobierno y mantener el mismo estatus de instituyente es socialmente imposible. No son casta pero la dinámica de la institución es tan potente que te arrastra y te obliga a alejarte de las bases. ZeC debería fijarse más donde está y menos de dónde proviene. Porque lo que sufre es una tensión entre los movimientos y la propia institución.

-¿Le gusta el resultado de Pedro Santisteve como alcalde?

-Todos en ZeC eran recién aterrizados y venían con un discurso con muchas estridencias que ahora es más sosegado. Pero están teniendo las mismas críticas que en campaña electoral. Y el alcalde creo que es de las personas con mayor potencial de ser un verdadero líder de la ciudad. Poco a poco lo está consiguiendo. Ha habido una evolución evidente entre los concejales que salieron con las bandas en la toma de posesión y los que aparecen ahora día a día.