El Gobierno de la ciudad quiere adelantar la convocatoria de la mesa técnica donde se analizará la viabilidad de arreglar la compuerta del azud al próximo mes. La concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, admitió que todavía no hay una fecha pero su propósito pasa por convocarla «cuanto antes».

En principio, estaba previsto comenzar las reuniones entre septiembre y octubre. Teniendo en cuenta que agosto es un mes inhábil y que, en caso de que se optara por reparar la avería, debería hacerse antes de que comience a subir de nuevo el caudal del río, tras el periodo natural de estiaje propio de los meses de verano.

Las obras, que durarían un mes, estarían terminadas en octubre y su coste rondaría los 65.000 euros. La mitad correría a cargo de las arcas municipales y el resto de la empresa que se encarga de su mantenimiento.

Artigas insistió en la necesidad de hacer un estudio «riguroso y técnico» con especialistas de distintas disciplinas para evitar que la decisión se base «en cuestiones subjetivas y opiniones generalistas», señaló.

En este sentido, CHA presentó ayer una propuesta por la que solicitan informes tanto de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) como de la Agencia de Medio Ambiente del consistorio en los que se analice qué consecuencias ha tenido el azud desde su apertura en el 2008.

Su portavoz, Carmelo Asensio, aseguró que, «lo que sí se sabe» es que hay más sedimentos acumulados, más algas estacionadas y mayor número de especies invasoras, entre ellas, la mosca negra. Para CHA, la infraestructura debería mantenerse ya que sirve de conexión entre ambas márgenes del río, entre los barrios de Vadorrey y Las Fuentes. Para ello, manifestó la necesidad de hacer un plan municipal de integración paisajística. Según Asensio, es fundamental que también se analicen los usos lúdicos y deportivos que puede tener el río y el impacto de la presa para esta práctica.