A solo un mes y medio para las próximas elecciones municipales, el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) decidió dar su aprobación al nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) 2018-2026 que, a pesar de no haber logrado el consenso político, marca las apuestas de la capital aragonesa para el futuro. Y aunque tendrá que volver a gobernar para ponerlo en marcha, ha adoptado una decisión de calado: descartar la idea de ampliar el servicio de bicicleta pública, el Bizi, a todos los distritos de la ciudad, como venían reclamando desde hace años los barrios que no lo tienen. Solo han pasado unos meses desde que se presentó el borrador, los mismos que lleva irrumpiendo la movilidad compartida en la capital, cuyo éxito está detrás de esta decisión política, amparada en criterios técnicos.

La conclusión, totalmente inesperada con el poco tiempo que resta de mandato, podría pasar inadvertida con el volumen de inversión que este PMUS propone para el futuro. Desde septiembre del 2018 hasta ayer, que se dio a conocer el documento definitivo, ya aprobado por ZeC y al que solo le falta el visto bueno del Inaga por el impacto ambiental de algunas de las medidas, pocas cosas han cambiado, pero algunas son significativas. Por ejemplo el montante global de todas las actuaciones que se pretenden, ya que en siete meses ha pasado de una estimación «optimista» de 872 millones de euros a otra, la actual, de 929,9. Casi 60 millones más y sin contar con los 16 en los que se había cifrado en otoño llevar el Bizi a toda la ciudad.

300.000 € MÁS en reordenar // Con tal diferencia, y con toda la oposición que ahora mirará este PMUS con lupa, ¿de dónde saldrá el incremento? Según explicó el Gobierno de ZeC ayer, al anunciar la aprobación del plan, se trata de una horquilla que va desde una previsión conservadora de 606,9 millones (que en otoño era de 549,1) y otro más optimista de esos 929,9, y que todo irá en función de los avances que se produzcan en las nuevas líneas del tranvía, especialmente por el tercer eje que se plantea, que unirá Santa Isabel con Torrero, y cuya inversión se cifra en 180 millones de euros.

Pero no comentó que en la memoria valorada del PMUS ya se incluye la actualización del coste que se estima para la segunda línea, que unirá Delicias con Las Fuentes y San José, que en siete meses ha pasado de cifrarse en 200,15 millones a los 283,42 que se incluyen ahora en el plan aprobado. Ni tampoco los 11,78 millones de euros que se preveían en septiembre para mejoras en el eje norte-sur de Valdespartera a Parque Goya, que ahora se han suprimido de los objetivos a cumplir hasta el 2026.

Estos son, quizá, los cambios más significativos de este PMUS que cobra plena vigencia sin alcanzar un acuerdo político con el resto de fuerzas políticas, a las que ahora les brinda la posibilidad de incluir el Bizi en sus programas electorales, siendo esta una de las bazas más importantes para ZeC durante años y teniendo en cuenta que el plan concluirá en el 2026 y la actual contrata con Clear Channel culmina en el 2023. El Gobierno ha pasado del varapalo que supuso que el PP paralizara la ampliación pactada con la empresa a eliminarlo de su hoja de ruta por el éxito de la movilidad compartida.

El resto de proyectos u objetivos del PMUS son los ya conocidos, estructurados en 14 ejes temáticos, e incluyendo medidas como la expansión de la llamada cota cero, con obras como la de la calle Don Jaime I, o las restricciones a los vehículos contaminantes de poder circular, a partir del 2027, en el interior del segundo cinturón y el centro de la ciudad. Sí hay novedad para el autobús y la más que segura reordenación de líneas, que ahora se estudiará con 768.000 euros, 300.000 más que en septiembre, y para el que se mantienen los 92 millones previstos para la adquisición de vehículos eléctricos, el «fin del diésel» en el transporte público urbano. Y aumenta la inversión para las nuevas tecnologías.