Los calendarios solidarios con cuerpos esculturales son algo habitual entre determinadas profesiones. Los hay de maestros, de asistentes de vuelo y de deportistas. Y por encima de todos ellos están los de bomberos. Sin embargo, para el 2019, el que han preparado en el cuerpo municipal de Zaragoza será más sutil y reflejará «otros aspectos» de la profesión más allá de los músculos y las poses sugerentes. Al menos así se desprende del acuerdo que han alcanzado en la asociación cultural y deportiva que lo impulsa y el consistorio de la localidad.

A pesar de que inicialmente se habló de «censura» y de «bloqueo», las dos partes desmintieron ayer que se hubieran producido presiones para cambiar la orientación del almanaque. «Hemos querido tener en cuenta la orientación del consistorio», indicó el portavoz de la agrupación Noé Fernández. Además, señaló que desde hace unos años ya existen publicaciones de este tipo que se centran en otro aspectos no tan relacionados «con el culto al cuerpo».

Desde la concejalía de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza reconocieron que se reclamó un cambio en el perfil de las imágenes que les presentaron para su publicación. «Consideramos que la belleza física no debe limitarse a un tipo de cuerpo», explicaron. Con la voluntad de realizar pedagogía «sin ánimo moralista» consideraron que si se habían realizado las tomas en instalaciones municipales debían ceñirse a una serie de «directrices» para no reflejar que todos los bomberos están «hipermusculados, depilados y aceitados».

escenas relacionadas / Por el momento, desde la asociación que ha impulsado el calendario indican que no será necesario realizar otra sesión de fotos para reemplazar las imágenes descartadas, al existir en la misma sesión escenas relacionadas directamente con el trabajo que desempeñan sin necesidad de mostrar abdominales.

Desde una de las entidades sociales que recibirán parte de los fondos que se recauden con la venta de los ejemplares (cada uno de ellos costará cinco euros) se mostraron ajenos a la polémica. «Se han sacado las cosas de contexto», indicó un portavoz de Dona Médula Aragón. Lo que sí dejaron claro fue que durante todo el 2017 no recibieron fondos públicos para su funcionamiento y que cualquier tipo de ayuda era beneficiosa para su labor.

A pesar de que la crisis entre el consistorio y los bomberos se zanjó con un acuerdo entre las partes, algunos de los implicados en la agrupación se mostraron molestos por tener que reorientar el calendario del próximo año. «Además de ser solidario, las imágenes tiene una intención artística», explicaron. También vincularon el rechazo a las imágenes a la polémica con unas esculturas de contenido erótico que se han instalado en las calles de Valencia.

Así, con estas nuevas directrices los bomberos zaragozanos colgarán de despachos, cocinas y salones menos fogosos pero con la misma voluntad de colaborar con el prójimo.