El Ayuntamiento de Zaragoza quiere entrar a principios de año en el mercado de compra directa de energía. Aunque noviembre es el mes que inicialmente se había marcado en el calendario para dar el paso, desde el equipo de Medio Ambiente no descartan que tenga que retrasarse otros tres o cuatro meses. Este proyecto primero tendrá que contar con el visto bueno de la comisión de Economía y, después, el consistorio tendrá que darse de alta en el sector como consumidor directo y como agente del mercado eléctrico. Para esto, necesitará un nuevo intermediario que supondrá un gran ahorro a las arcas públicas ya que, de los casi 3 millones al año que paga ahora por esta gestión, pasará a abonar 90.000 euros anuales.

Además de este ahorro, permitirá que el ayuntamiento tenga mayor capacidad en la toma de decisiones acerca de la compra y el origen de los 120 Gw/hora/año que consumen los 1.800 puntos de suministro municipales.

La concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, explicó ayer que se trata de una actuación que se enmarca en el programa de mejora de la calidad del aire, donde la prioridad será la compra de energía renovable y directa. Un objetivo que desde Zaragoza en Común (ZeC) llevan meses trabajando. El proyecto ya está diseñado y ahora tiene que superar la parte política, ya que el consistorio tiene que crear un «anticipo de caja», es decir, tiene que disponer de dinero para garantizar el pago del consumo de energía que se prevé consumir.

El consistorio destina alrededor de 16 millones de euros al pago de facturas eléctricas, frente a los 18 de los dos años anteriores y los 22 del 2015. Artigas indicó que el propósito del equipo de Gobierno pasa por seguir recudiendo la cifra.

Los centros municipales, instalaciones de los bomberos y la policía serán los que permitan un mayor ahorro.