La discusión sobre los reconocimientos de obligación, o los pagos que el Ayuntamiento de Zaragoza efectúa por servicios que se prestan sin tener contrato en vigor, se han convertido en una constantes de los últimos meses. Sobre todo porque, como le reprochaban ayer al Gobierno de zaragoza en Común (ZeC) los grupos de la oposición, no solo no ha cumplido su compromiso de reducirlos sino que lleva camino de duplicarlo. O, como defendió el PP, ya lo está haciendo con respecto a las cifras del 2015, cuando se quejaba porque representaban un gasto de 24,8 millones de euros. Porque otros 8 llegan por el contrato de colegios y pabellones deportivos.

El año pasado se cerró con cifras de récord, más de 43 millones, y en lo que va del 2018 se está batiendo. Ayer se daba cuenta del abono de 3.484.808,18 euros correspondientes a 145 facturas, pero en lo que va de ejercicio, recordó el socialista Javier Trívez, ya van un 54% más de facturas (215 por las 140 de hace un año) y un 18,8% más de cuantía, ya que los 4,4 millones abonados en este mismo periodo en un año de récord, se ha superado hasta los 5,8. «Solo es el 5% de todo el presupuesto de la ciudad», ironizó. «Así llegará a 51», le auguró.