Entran y salen camiones durante todo el día a toda velocidad, no se dan cuenta de que están al lado de un colegio y de que hay niños tan pequeños a los que pueden atropellar sin enterarse". Carmina Civera lleva a su hijo al colegio Lestonnac, en el Camino de Cuarte de Torrero. Nunca habría calificado esta vía como peligrosa, al menos, hasta hace dos semanas, cuando comenzaron las obras de excavación en un solar contiguo y los camiones se adueñaron de la calle.

"Realizan todo tipo de maniobras bruscas, giran a velocidades de vértigo para el tamaño que tienen y ni siquiera hacen el amago de contenerse cuando ven pasar a los críos", denuncia la mujer.

Una valla como parche

El viernes, a mediodía, la empresa les sorprendió colocando una pequeña valla metálica para impedir que los niños se cuelen en la calzada. Sin embargo, para los padres esta medida no basta. Exigen una señalización adecuada y una modificación de los horarios de los trabajadores.

"Creemos más lógico que los descansos de los trabajadores se efectúen a las nueve menos cuarto y las cinco de la tarde, horas de entrada y salida. A ellos no les supone nada y a nosotros nos quitarán un peso de encima", dice Carmina.

Además del riesgo por el paso de camiones, los padres de los alumnos denuncian la restricción del espacio para aparcar. "Han ocupado toda la calle y ahora no podemos dejar el coche junto al colegio sino que tenemos que bajarnos en las calles de antes", protesta María Encarnación Escorsa, otra de las madres afectadas.

Hace unos días presentaron su queja a un policía local que vigila la salida de los escolares. "Nos dijo que nos aguantásemos y que fuésemos al colegio andando en vez de ir en coche. Claro que esto sería posible si la gente viviese en el barrio pero al tratarse de un centro de inserción, muchas familias vienen desde otras zonas como el Actur o incluso de fuera de Zaragoza", explica.

Otro queja de los padres es la falta de previsión a la hora de iniciar los trabajos. "Tuvieron las tres semanas de vacaciones de Navidad para comenzar la excavación, que es siempre la fase de la construcción que más camiones moviliza, pero prefirieron retrasarlo y ahora nosotros pagamos las consecuencias", dice Carmina.