España sumó su segunda derrota consecutiva en el Eurojúnior en un partido extraño, que pudo sentenciar en el primer cuarto, que estuvo a punto de perder definitivamente en el tercero y al que renunció en los últimos segundos. Perdía de tres en el último medio minuto y nadie se jugó un triple. Las órdenes eran no empatar, no forzar la prórroga. Aún así, aún perdiendo, España podía haber acabado como primera de grupo si sólo hubiera caído de un punto. Pero perdió de tres y, además de la prórroga, evitó a Francia en el cruce de cuartos y a Serbia en unas hipotéticas semifinales.

Su rival ahora será Rusia, lo cual no es forzosamente una buena noticia para España. Finalmente fue tercera del grupo A, pero su progresión ha sido considerable a lo largo del torneo y su número siete, Kourbanov, ha sido el único en alcanzar una valoración superior a 40 puntos en las dos últimas jornadas, al lograr más de 20 puntos y capturar más de 20 rebotes. No lo va a tener fácil, pero el equipo de Txus Vidorreta puede consolarse pensando que, aun jugando sólo doce minutos, como ayer, llega a los últimos instantes con opciones de victoria.

El primer cuarto estuvo a punto de convertirse en un récord negativo. España logró un parcial de 8-0 que se mantuvo durante ocho minutos. Eso sí, el juego era rápido y vistoso, aunque el aro de los turcos parecía tapado, porque les era imposible anotar. En un minuto, el conjunto otomano logró igualar el marcador y, a base de triples, comenzó a fabricar su ventaja.

El primer tiempo también se cerró de forma extraña, España no había logrado todavía ningún triple, por los ocho turcos, mientras que Turquía no había aparecido aún en la línea de tiros libres. De once perdía España al descanso y llegó a estar 16 puntos por debajo en el marcador porque sólo empezó a jugar con auténtica intensidad, sólo se dio cuenta de que realmente podía ganar el partido y sólo jugó para ganarlo los últimos doce minutos de encuentro.

No era demasiado tarde. La ventaja turca fluctuó entre los tres y los siete puntos durante muchos minutos, España se acercaba y se alejaba en el marcador con facilidad. Tuvo el triunfo en la mano y luchó por él hasta el final, pero optó por no cansarse más. A partir de ahora ya no le servirán esas especulaciones.