Los riñones tienen un papel fundamental en el funcionamiento de nuestro cuerpo. Son los encargados de filtrar y limpiar la sangre de productos de desecho procedentes de los alimentos que comemos. Regulan la cantidad de agua y electrolitos (sodio y potasio) eliminándolos cuando sobran. Controlan la presión arterial. Activan una forma de vitamina D esencial para absorber el calcio. Y, además, producen glóbulos rojos.

Importante todo ¿no? Entonces, ¿por qué les hacemos tan poco caso?

Las afecciones de los riñones, órgano vital para nuestra supervivencia, van aumentando cada año. La Sociedad Española de Nefrología apunta un dato, la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica (ERN) ha crecido un 30% en la última década, y el número de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (es decir, diálisis o trasplante) en nuestro país ya supera las 1.350 personas por millón de población.

En el año 2019 más de 7.100 personas iniciaron un tratamiento de diálisis o recibieron un trasplante de este órgano. En total, más de 64.000 pacientes necesitan en nuestro país un tratamiento que reemplace la función de sus riñones.

Te puede interesar: Un tercio de los enfermos de coronavirus acaban sufriendo «PASC», la nueva dolencia misteriosa

¿A qué se debe este aumento? Los especialistas apuntan a distintas causas. Por un lado, el gradual incremento de afectados se relaciona con factores de riesgo como la diabetes y la enfermedad cardiovascular, responsables del 50% de los casos.

Pero no son los únicos factores de riesgo. La obesidad que cada vez afecta a más personas, la hipertensión arterial o el consumo de tabaco pueden condicionar también la aparición de problemas en nuestros riñones. Factores que, con algo de concienciación y esfuerzo, podríamos vigilar y controlar para prevenir.

Además, los nefrólogos explican que se trata de una patología infradiagnosticada. Alrededor de un 40% de los casos no están detectados porque no da la cara hasta que la enfermedad está muy avanzada.

A veces el paciente no presenta ningún síntoma hasta que ha perdido el 90% de su función renal.

Todo ello ha hecho que la tasa de mortalidad haya aumentado más de un 30% en la última década. Sólo en 2018 fallecieron 5.100 personas en tratamiento renal sustitutivo, es decir, 14 personas al día.

Síntomas y cómo prevenir dolencias de riñones

Al tratarse, como hemos visto, de una enfermedad silenciosa, estar atentos a cualquier signo y prevenir es fundamental.

Entre los síntomas que nos pueden alertar están la hinchazón de tobillos, la fatiga, la dificultad para concentrarse, la pérdida de apetito y que nuestra orina sea espumosa.

Un análisis de orina permitirá al médico comprobar si hay proteína en ella y un análisis de sangre determinará los niveles de creatinina.

Y seguir siempre las 8 reglas de oro para prevenir enfermedades renales que nos dan desde la SEN:

?Mantente en forma y activo.

?Sigue una dieta saludable.

?Comprueba y controla tu nivel de glucosa en sangre.

?Comprueba y controla tu presión arterial.

?Mantén una ingesta de líquidos adecuada. Lo mejor, el agua.

?Nada de tabaco

?No te automediques ni tomes antiinflamatorios ni analgésicos regularmente

?Si sufres diabetes, hipertensión u obesidad, comprueba regularmente tu función renal

Te puede interesar: ¿Qué pasa con la vacuna de Oxford AstraZeneca? ¿Nos podemos fiar?

Enfermedad renal y Covid-19

La celebración del “Día Mundial del Riñón”, todos los 11 de marzo, llega este año en el contexto de una doble preocupación por parte de los especialistas: el aumento sostenido de pacientes crónicos y el fuerte golpe de la pandemia en los pacientes renales.

En aquellos pacientes con problemas renales más graves, es decir, en los que necesitan tratamiento renal sustitutivo, las tasas de contagio y mortalidad son muy superiores a la media de la población.

En concreto, en España la tasa de contagio de los pacientes en diálisis tiene un índice del 5% -más alto que la población en general- y una tasa de mortalidad superior al 25% (del total de pacientes en tratamiento renal sustitutivo contagiados).

Y si nos centramos en el caso de los pacientes en hemodiálisis, que son los más afectados, la cifra asciende aún más y llega a alcanzar el 30%.

Su vulnerabilidad viene dada porque este tipo de pacientes no pueden cumplir a rajatabla el distanciamiento y el confinamiento social, ya que deben desplazarse a los centros sanitarios varias veces a la semana para acudir a las sesiones de terapia renal.

Por todo ello, la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología, S.E.N., Patricia de Sequera reclama que estos pacientes “sean considerados prioritarios para recibir la vacuna”.

Y además, añade la doctora, “demandamos ayuda a las autoridades y a los líderes de opinión de nuestro país para dar a conocer y frenar la Enfermedad Renal Crónica, que a pesar de afectar a una parte cada vez más importante de la población (unos siete millones de españoles) y tener un gran impacto en la expectativa de supervivencia y calidad de vida de los pacientes, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de la opinión pública”.

El lema elegido este año para celebrar el Día Mundial del Riñón es “Vivir bien con enfermedad renal” porque según explica De Sequera: “Vivir bien con enfermedad renal significa educación para lograr un buen manejo de los síntomas y adherencia a los tratamientos, utilizar fuentes de información seguras, fiables y contrastadas, promover hábitos de vida saludables ajustados a la situación de cada persona, aceptar la enfermedad y aprender a vivir con ella, preocuparse por una buena salud emocional, mantenerse activo y aprovechar para ayudar a personas en tu misma situación”.