Investigadores de la Universidad de Duke destacan cómo algunos hombres se vuelven agresivos cuando su virilidad se pone en duda, sobre todo los que muestran indicios de inseguridad ante su propia masculinidad.

El estudio psicológico se centra en la reacción que presentan algunos hombres ante valoraciones externas sobre su propia hombría. Los resultados indican que los jóvenes suelen volverse más agresivos que los adultos cuando se pone en entredicho su virilidad, ya que su sentido de masculinidad depende, en gran medida, de las opiniones de otras personas.

«Nuestros resultados sugieren que cuanta más presión social sienta un hombre por ser masculino, más agresivo puede ser», afirma Adam Stanaland, doctor en Psicología y Políticas en la Universidad de Duke y autor principal del estudio. «Cuando esos hombres sienten que no están cumpliendo con las estrictas normas de género, pueden sentir la necesidad de actuar de forma agresiva para demostrar su hombría».

Para llegar a estas conclusiones, uno de los aspectos más llamativos ha sido el modo en el que se ha desarrollado el estudio, ya que se ha basado en una especie de engaño o treta que ha puesto contra las cuerdas a varios hombres inseguros o con aparente falta de personalidad.

Un experimento único

A la hora de elaborar este estudio, los investigadores encuestaron a 195 estudiantes de la Universidad de Duke y a un grupo aleatorio de 391 hombres con edades comprendidas entre los 18 y los 56 años.

A estos encuestados se les hizo un test sobre el «género masculino», con varias preguntas muy estereotipadas sobre temas aparentemente varoniles como los deportes, los coches, la mecánica o el bricolaje. Al finalizar las cuestiones, cada participante recibió una puntuación aleatoria y se les comunicó que su resultado era más alto o más bajo que el de un hombre promedio.

Además, a los hombres que recibieron una puntuación baja (que no tenía por qué coincidir con la que realmente sacaron) también se les dijo textualmente que eran «menos varoniles que el hombre promedio».

Después de esto, los investigadores les pidieron a los participantes que completaran una serie de palabras incompletas, añadiendo las letras que faltaban, para revelar su estado de ánimo. Los resultados fueron sorprendentes, ya que revelaron pensamientos agresivos entre algunos hombres.

Por ejemplo, cuando se les pedía que añadieran dos letras más a la palabra «ki» algunos de estos hombres escribieron «kill» (es decir, matar), cuando también existían otras opciones como «kiss» (besar). De la misma forma, cuando les solicitaban completar una palabra que empezara por «blo», muchos escribieron «blood» (sangre), en vez de «bloom» (florecer) o «blow» (soplar).

Los investigadores apuntan que las respuestas agresivas de algunos hombres no se quedaron ahí, sino que fueron a más. Algunos encuestadores recibieron amenazas violentas por parte de algunos hombres que recibieron puntuaciones bajas. Una prueba más de que el estudio hurgó en la herida.

Resultados muy reveladores

Los resultados que recoge el estudio constatan que los hombres con un sentido de masculinidad más frágil respondieron de forma más violenta. Concretamente, dichas respuestas agresivas fueron más recurrentes entre los participantes de entre 18 y 29 años, más leves entre los hombres de 30 y 37, y casi nulas entre los mayores de 38 años.

De hecho, varios hombres de edad adulta no cambiaron su forma de actuar cuando se les dijo que tenían un bajo nivel de virilidad. Incluso algunos de ellos aceptaron el resultado mostrando sentido del humor.

Es decir, los hombres más jóvenes tienden a volverse más agresivos que los maduros cuando alguien pone en duda su masculinidad. En palabras del investigador Stanaland, «en esos años de juventud, a medida que los hombres intentan encontrar o probar su lugar en la sociedad, su identidad masculina puede ser más frágil. En muchos lugares, esto significa que son increpados constantemente con amenazas a su hombría. Tienen que estar demostrándola cada día y algunos de ellos lo hacen siendo agresivos».

Una porción de estos hombres agresivos confesó que se comportaban «como hombres» debido a presiones sociales como el deseo de encajar, agradar o conseguir citas. Al hilo de estas declaraciones, los autores de la Universidad de Duke sostienen que ahora es el momento de explicar muchos comportamientos como la irascibilidad de algunos hombres, el terrorismo, la violencia contra las mujeres, o la agresión política.

«La masculinidad frágil puede explicar muchos de estos comportamientos violentos. Es de interés para todos comprender mejor este fenómeno», concluyen los investigadores americanos.