Te puede interesar: ‘Llega el frío: Atentos a los sabañones y cómo prevenirlos’

Las navidades, recién superadas, no nos brindaron la deseada e idílica estampa blanca. Pero ‘gracias’ (según se mire) a la borrasca Filomena iniciamos el año con un manto de nieve sobre nuestras calles y parques. Hace frío. Mucho. Y la bajada de temperaturas puede suponer un riesgo importante para la salud.

Estamos muy acostumbrados a las consecuencias que el calor tiene cada verano, con los típicos golpes de calor. Son muy llamativos porque las altas temperaturas tienen un efecto inmediato sobre las personas.

Pero el frio también tiene efectos graves, aunque no tan inmediatos como con el calor. El más importante de ellos es la hipotermia.

Se considera que una persona tiene hipotermia cuando la temperatura corporal cae por debajo de los 35 grados. Y se produce porque el cuerpo pierde calor a un ritmo más rápido de la capacidad del propio organismo para generarlo.

Los síntomas que pueden alertar sobre este descenso de la temperatura corporal son bastante inespecíficos. Puede haber temblores, confusión, falta de destreza en los movimientos e incluso dificultades para razonar.

Y es que la hipotermia provoca que el corazón, el sistema nervioso y otros órganos no funcionen correctamente, lo que puede provocar insuficiencias cardiacas y respiratorias graves, e incluso la muerte.

La principal causa de la hipotermia es el frio. En concreto, exponerse a bajas temperaturas sin llevar la ropa adecuada, no ingerir la cantidad suficiente de alimentos y bebidas durante los días de frio, así como realizar esfuerzos físicos muy intensos.

Ayer veíamos imágenes de un conocido futbolista con el torso desnudo bajo la nevada. Aunque exagerado, es un buen ejemplo para recordar que nuestra indumentaria durante estos días de frio debe adecuarse a las bajas temperaturas.

Te puede interesar: ‘¿Cómo ir a esquiar bien protegido de la Covid-19 y de las lesiones?’

¿Lo mejor? Ropa suelta y ligera, dispuesta en varias capas para facilitar la circulación de la sangre. Y como el cuerpo pierde el calor, sobre todo por la cabeza, las manos y los pies, bueno será asumir que en estas fechas los gorros, guantes y calcetines de lana se convierten en prendas obligatorias.

En cuanto al calzado, el más abrigado del que dispongamos, resistente al agua y antideslizante.

La nieve siempre es un gran atractivo para grandes y pequeños, sobre todo en aquellos lugares donde este fenómeno meteorológico es inusual. Pero hay que tener cuidado con las salidas a la calle estos días. Deben ser breves y durante las horas centrales del día. Con sol mejor, aunque esto no siempre es posible.

Salir de madrugada o al atardecer sin necesidad de hacerlo, no es una buena idea estos días.

Si decidimos pasar un buen rato jugando con la nieve y nos mojamos hay que volver a casa a cambiar la ropa, porque la humedad enfría el cuerpo rápidamente y el calor del cuerpo se pierde veinticinco veces más rápido si estamos mojados.

Habrá muchos que prefieran observar los copos desde la ventana de casa. Para estos será bueno recordar que la temperatura ideal en el hogar es de 21 grados. Más calor no aporta ningún beneficio para la salud.

Y sí, hay que seguir ventilando la casa aunque fuera haga muchísimo frío. Y más este año debido a la pandemia. Pero tranquilos, que con 10 minutos será suficiente.

Acercarnos a los fogones puede aliviar la sensación de frio. La alimentación más indicada para el frio es la de mayor valor energético, como las legumbres o los frutos secos. Y aunque no nos apetezca, hay que beber agua ya que el frio también provoca una mayor pérdida de líquidos.

¡Pero sólo agua o bebidas calientes como infusiones o caldos! Ni el alcohol ni las bebidas con cafeína favorecen el calor. Es más, pueden producir pérdidas más rápidas.

Si a pesar de todas estas recomendaciones nos encontramos ante un posible caso de hipotermia ¿qué debemos hacer? Lo primero, contactar con el 112 para informar y seguir sus indicaciones.

Mientras llega la ayuda sanitaria buscaremos un lugar cálido al que trasladar al paciente y darle calor, evitando movimientos bruscos. Primero calentaremos la zona de tronco, sin frotar.

Recuperar el calor en las extremidades no es buena idea ya que podríamos provocar que la sangre fría llegue al corazón y causar con ello un fallo cardiaco.

Si el paciente tiene la ropa mojada o muy apretada, la cambiaremos siempre que sea posible.

También le podríamos facilitar alguna bebida templada, nunca café, té, ni por supuesto, alcohol.