Fue un buen día en la oficina para el CAI Zaragoza, aunque al final se despistara mirando el reloj, esperando que la sirena anunciara la hora de salida con todo el trabajo ya hecho y permitiera acercarse al Estudiantes para alargar los instantes finales. Hasta ese momento había despachado la faena del día con diligencia, mostrando intensidad atrás y una buena actividad delante, controlando el partido y el marcador en una actuación solvente. No fue brillante, pero el equipo de Joaquín Ruiz Lorente sumó una nueva victoria (82-72), la quinta, para afianzarse entre los ocho primeros y seguir creciendo ahora que se le va a complicar el calendario.

Los últimos minutos afearon la impresión global del CAI Zaragoza, que fue buena aunque volvió a fallar en lo de siempre. Se dejó capturar 16 rebotes ofensivos, dieciséis nuevas oportunidades para un rival no muy acertado en el lanzamiento, y perdió hasta 20 balones. Aun con esos dos lastres, que el equipo apuntó debidamente en el debe como propósito de mejora para el futuro, ganó con comodidad, lo que indica que el conjunto zaragozano hizo más cosas bien que mal.

Lo mejor fue el acierto ofensivo del equipo, con muy buenos porcentajes y varios jugadores especialmente enchufados. Jelovac sigue a lo suyo, sumando puntos como si nada, ayer 18 en 21 minutos, aunque sus acciones tiendan al individualismo, mientras que otros dos jugadores se han transformado asombrosamente en las últimas semanas. Chris Goulding y Pere Tomás parecen otros de los que empezaron la temporada, por su actividad, por lo que generan y por lo que aciertan.

Esa fue la gran diferencia entre ambos conjuntos, el acierto, porque el Tuenti Móvil Estudiantes tiró muchas más veces (concretamente, 26 tiros de campo más), capturó más rebotes, sobre todo ofensivos, y recuperó hasta diez pelotas más. Sin embargo, el CAI fue mucho más certero porque atacó mejor y porque cada vez tiene más jugadores metidos en la rueda, aportando cosas al equipo, asumiendo responsabilidades, con confianza. También defendió mejor casi todo el rato y solo se vio desbordado al final, cuando la mayor intensidad visitante alteró el ritmo tranquilo del encuentro.

MÁS PERO NO MEJOR

El equipo de Txus Vidorreta tiró más pero el de Joaquín Ruiz tiró mejor. El CAI metió balones dentro para generar espacios fuera y ganar distancias desde el triple. En la primera parte, el equipo aragonés acertó 10 de sus 14 lanzamientos de dos y 5 de sus 10 intentos desde el 6,75. Todos los que jugaron anotaron, aunque los bases no lo hicieron hasta el segundo periodo. En el momento de mayor dominio del CAI, los directores dirigieron. El Estudiantes, con una mayor debilidad interior, no halló el camino hacia el aro aunque ya entonces lo había intentado mucho más. Tras el descanso (43-29), apareció Nacho Martín, hizo cosas imposibles Javi Salgado y al final se sumó Simpson para intentar remar contracorriente.

Con el resultado muy a favor y la sensación del trabajo ya hecho, el partido se rompió, el Estudiantes subió sus líneas defensivas y contribuyó al desorden en el CAI, que dejó de funcionar como hasta entonces. A lo más que llegó el equipo madrileño fue a ralentizar el final y a dejar un regusto amargo entre los seguidores locales porque su equipo solo fue capaz de anotar 15 puntos. Además, la grada reclamó minutos para Fontet y Fotu, el nuevo fichaje del equipo a la espera de saber qué será de él en el futuro próximo, pero ninguno de los dos saltó a la pista. El CAI ya había hecho su trabajo y ya puede pensar en su siguiente reto. Debe superar el miércoles al Estrasburgo para conservar todas sus opciones de clasificación en la Eurocup.