Lo bueno y lo malo del deporte profesional es que no suele haber tiempo. Ni para lamentar la última derrota ni para trabajar todo lo que hay que cambiar en un equipo cuando las cosas no van bien. Así llega el Casademont Zaragoza a la bávara Bamberg, en busca de las sensaciones perdidas las últimas semanas, con la oportunidad de acercarse a la final a ocho si gana al Brose este martes (18.30 horas), con la necesidad de mejorar para conseguirlo y con la obligación de hacerlo tres días después del último varapalo ante el Estudiantes.

El equipo de Sergio Hernández anda algo extraviado en la Liga Endesa pero esto es la Champions y aquí el Casademont tiene mucho camino hecho con las dos victorias conquistadas en los dos primeros partidos. En cambio, el Brose Bamberg llega contra las cuerdas en otro ejemplo de lo poco que cuenta lo que ocurrió antes de ayer en el deporte profesional. El conjunto germano debe ganar hoy porque ha perdido sus dos partidos anteriores, aunque había sido el único en ganar los seis encuentros de la primera fase.

Una de esas derrotas fue en el Príncipe Felipe, en el último partido que ambos pudieron jugar con normalidad antes de que el coronavirus cambiara el grupo. El Bamberg ya llegó algo afectado porque venía de jugar en la República Checa y eso le obligó a una cuarentena de diez días justo antes de viajar a Zaragoza. Además, tenía algunas bajas. El Casademont ganó 77-65 en un partido que a punto estuvo de atragantársele al conjunto aragonés. «Generalmente estos partidos se pierden», señaló después del mismo Sergio Hernández.

Ahora el técnico debe poner soluciones a los problemas de su equipo. A la inexistente defensa en muchos tramos y a la dificultad reboteadora, principalmente, los dos males que le están condenando a encajar cien puntos por partido y a perder los encuentros y la identidad que el equipo había logrado con el técnico argentino. El preparador dispondrá de sus principales armas y solo mantendrá la duda de Javi García, todavía no recuperado al cien por cien de su esguince de tobillo.

Los datos

El Brose Bamberg llega al partido tras ganar en la Bundesliga al Syntainics por 100-89 con 21 puntos y 8 rebotes de Sengfelder. Los bávaros necesitan ganar para seguir vivos en Europa y, además, entrará en juego el averaje. A pesar de su bajón de juego y resultados, el Casademont suma cuatro victorias seguidas en la Champions, las últimas tres, por 12 puntos de diferencia.

El Brose Bamberg ostenta la mejor defensa de la competición con un promedio de 1,01 puntos concedidos por posesión. Es asimismo la mejor defensa del perímetro rival, puesto que sus rivales se quedan a un 27,5% de acierto desde más allá del 6,75. En cambio, el Casademont es el líder en ritmo de juego con una media de 78,5 posesiones por partido y también lidera el acierto de tiros de dos puntos con un 59,4%.

En esta edición de la Champions Larson es el máximo anotador del Brose con 15 puntos de promedio y también el mejor asistente con 6 por partido, mientras que el ex del Manresa Kravish lidera la faceta reboteadora con 6,5 por jornada y es el mejor valorado de su equipo con 18 créditos de promedio. A ellos tendrá que estar atento al Casademont pero, sobre todo, a sí mismo y a volver a encontrar el equilibrio y las sensaciones perdidas.