Con un escueto comunicado de prensa, a media tarde de un domingo, el CAI Zaragoza comunicó una decisión drástica. El club rescindió el contrato de su entrenador, Chus Mateo, el hombre en el que había confiado para poner en marcha el quinto proyecto de la entidad, el técnico que había contratado en una decisión personal Alberto García Chápuli para sustituir a Alfred Julbe y cuya estancia en el CAI ha durado algo más de seis meses cuando tenía un contrato firmado de dos temporadas.

Diecinueve jornadas consumidas en la LEB, tras realizar una profunda remodelación en la plantilla a mitad de la temporada, con el gasto sustancial de 17 jugadores de por medio, tras repetidas muestras de descontento de la grada hacia el entrenador, con el equipo en una frustrante décima plaza, fuera de la zona de playoff y tras una nueva desilusión para la afición tras una derrota contundente en Tenerife, en la pista del colista (86-64), la entidad decidió quitarle la confianza al técnico madrileño y buscar un nuevo entrenador que sirva de revulsivo y cambie la dinámica del equipo en busca del anhelado ascenso. El nombre del nuevo dueño del banquillo del CAI se conocerá en breve, lo antes posible, y saldrá de la terna que componen Curro Segura, Quim Costa y Moncho López, todos ellos con experiencia en la LEB y, en el caso de Segura y López, con el añadido de haber logrado el ascenso a la ACB con Menorca y Gijón, respectivamente.

PACIENCIA AGOTADA La paciencia de la aficionados, de buena parte de la grada del CAI Zaragoza, se terminó hace semanas. La del club se consumó ayer. La falta de los resultados requeridos por un candidato al ascenso (diez victorias y nueve derrotas), la ausencia de una línea de juego clara y regular (la peor defensa de la LEB) y el divorcio abierto entre los seguidores y el técnico, que pidieron su dimisión airadamente tras la derrota ante Huelva antes del parón navideño, han terminado por ser las causas que han llevado al club a la destitución del técnico por el que apostó García Chápuli tras hacerle abandonar el cargo de ayudante que tenía en el Unicaja de Scariolo. La apuesta ha sido fallida o así lo entiende ahora el club, que vira de rumbo con el deseo de disponer de tiempo suficiente para encaminar la nave hacia el ascenso.

La directiva ha decidido actuar después de promover una reestructuración de la plantilla en el parón navideño, después de cortar antes a dos bases (Sartorelli y su recambio, Sebastien Maio) y adquirir a Maraker y Starosta. El efecto ha durado dos partidos. Las incorporaciones de Phillip y Crispin, su buen debut ante el Gandía, en la que la Marea Roja aplaudió al equipo, apaciguaron los ánimos abiertos tras la conclusión de la primera vuelta de la LEB, pero la amplia derrota en Tenerife (86-64), recuperando la peor versión de juego demostrada en otras malas salidas (Santander, Inca y Manresa) y eliminando la sensación de que un cambio real se estaba gestando han precipitado los acontecimientos.

CUARTA DESTITUCIÓN Esta mañana, Alberto García Chápuli comparecerá en rueda de prensa para ofrecer la versión oficial del CAI Zaragoza sobre la destitución de Chus Mateo. El director general notificó ayer por la tarde la decisión a la plantilla, que ayer entrenó y hoy volverá a ejercitarse por la mañana para preparar el encuentro que este viernes le enfrentará al Palma Aqua Mágica en el Príncipe Felipe, partido en el que se espera esté ya el nuevo técnico.

En los cinco años de vida del CAI Zaragoza, la marcha de Chus Mateo es la cuarta destitución que afronta el club. En su primera temporada, fue José Luis Oliete quien dejó el equipo en la jornada 22, cuando era octavo en la clasificación. Su sustituto, el experto Ranko Zeravica, duró tres encuentros y su relevo fue Alfred Julbe, que permaneció hasta el final de la campaña, incluyendo el playout, y el siguiente curso. Su sustituto fue Óscar Quintana. El cántabro fue fugaz y su trayecto en el Príncipe Felipe finalizó después de la eliminación en la Copa Príncipe de la campaña 2004-05. Julbe retomó el mando del equipo y continuó al frente en la última temporada, en la que se rozó el ascenso. La marcha del técnico catalán fue cubierta por Chus Mateo, que ahora toma la puerta de salida de un club inmerso en un cambio constante.