El CAI Zaragoza arrancará mañana en la novena plaza de la parrilla de salida de la LEB. Esa es la hipotética posición en la que le sitúan los resultados de la pretemporada. En una competencia virtual, el conjunto de pscar Quintana estaría fuera del playoff , ya que con sus cinco victorias y cuatro derrotas en los encuentros de preparación es superado por ocho bólidos ante la eminente luz verde de inicio de la categoría. Por suerte, esta tabla es méramente anecdótica, sin valor real, aunque atisba sobre el horizonte de la Liga la fortaleza de varios de los contendientes que buscan, al igual que el CAI, plaza de ascenso.

Los resbalones iniciales, las tres primeras derrotas (Tarragona, Valls y Caja Rioja) obtenidas en la vuelta al trabajo, dejan al CAI aparcado en este noveno puesto. La elevada carga física, la desunión de un equipo remodelado hasta la saciedad y la diversidad de los nuevos sistemas de Quintana escudaron el signo de estas prematuras derrotas, subsanadas luego con triunfos ante el Guipuzkoa, Rayet, Alvecón y el Lleida de ACB. El traspié, aunque con una evidente imagen de prosperidad, ante el Bilbao en la presentación en el Príncipe Felipe y el triunfo sobrado ante el Monzón en la Copa Aragón han cerrado una exigente pretemporada. En total nueve partidos, que sitúan al CAI junto al Murcia, otro aspirante al ascenso, como las plantillas que más partidos han disputado antes de iniciar la Liga.

La ´pole´ para Fuenlabrada

Los resultados son lo de menos en la pretemporada, lo que importa es la conjunción del bloque y la activación del equipo. Este es el discurso dominante, con razón, para la mayoría de técnicos. No para el del Fuenlabrada. La antigua casa de Oscar Quintana, ahora dominada por Luis Casimiro, es donde habita el único conjunto LEB que asistirá mañana al estreno del curso baloncestístico 2004-2005 con la camiseta impoluta y recién planchada. En los seis choques amistosos de pretemporada que ha jugado el potente conjunto madrileño no ha encajado ninguna derrota. Con este margen de autoridad se sitúa en la pole position y expone con elementos de fuerza su máxima candidatura al ascenso perdido. Le van a la zaga el remodelado Plasencia y el Menorca de Sabaté, que han contabilizado sólo una derrota (los dos ante el voraz Fuenlabrada) y han cosechado cuatro victorias.

En el otro extremo se sitúa el Huelva de Quim Costa. El conjunto andaluz es el más famélico en su cosecha veraniega. Ha resbalado en las cinco ocasiones que ha salido a la pista. No le han ido mucho mejor las cosas al Cáceres (sólo una victoria ante un LEB-2 y pésimos resultados).

Tirar a un gigante

Durante la senda de aproximación al estado de forma óptimo, varios conjuntos de la LEB se han marcado el lujo de tirar al suelo a un gigante. Hasta en cinco ocasiones un David de la LEB ha logrado que un Goliath de la ACB se arrodille ante sus pies. El CAI es uno de estos guerreros que ha logrado la hazaña. Lo hizo en Mollerusa, ante el Plus Pujol de Lleida (82-85). El Murcia de Iván Déniz también se marcó un baile ante el Granada (79-82). Un debutante en la categoría, el Aguas de Calpe se llevó por delante al Etosa Alicante (70-69) y el Algeciras no tuvo piedad de un rival de la altura del todopoderoso Unicaja (69-83), aunque los malagueños lograron materializar su venganza unas semanas más tarde en la Copa de Andalucía.

Aunque el resultado más sorprendente lo alcanzó el Melilla. El conjunto de la ciudad autónoma supo como ganar al Real Madrid (78-79). Justamente, el Melilla, por evidentes problemas geográficos, ha sido el conjunto que menos oportunidades --cuatro-- ha tenido para ponerse a prueba y ajustar sus reglajes ante el comienzo de la competición. Todos estos resultados quedarán en el vacío desde mañana, aunque sirven de orientación para saber cómo acude cada uno a su primera cita con la exigente y caprichosa Liga LEB.