En su condición de equipo imprevisible, capaz de ganar al mejor y de perder con el peor, como equipo de difícil pronóstico y de compleja catalogación, el CAI se dejó en casa el disfraz de chico malo, exhibió la cara de los días buenos y, con un trabajo defensivo riguroso, sumó la octava victoria de la temporada en la pista del Alerta Cantabria. El equipo de Quintana subió otro peldaño más en su lenta ascensión en la tabla y, desde la sexta posición, adonde accedió tras la derrota del Valls contra Los Barrios, mira ya de nuevo hacia lo más alto, con un balance al fin positivo después de muchas semanas de travesía por el desierto.

Ganarás el pan con el sudor de tu frente. A los jugadores del CAI alguien debió repetirles la máxima en el vestuario. Porque fue el trabajo colectivo, la mejoría en el rebote (aunque insuficiente), la pericia en los robos y la diversificación de los puntos (cinco jugadores hicieron diez o más) lo que permitió al CAI sumar un triunfo poco brillante, pero válido para darle credibilidad al equipo, que ganó a un rival que llevaba tres victorias seguidas. Lescano, con 18 puntos, fue el líder en ataque.

VENTAJA AL DESCANSO Al CAI, que se manchó las manos de grasa para asegurar la victoria, le hizo falta poca ventaja para volver a Zaragoza sonriente. Los ocho puntos de distancia que fue capaz de construir entre el primer y el segundo cuarto (33-41 al descanso) resultaron suficientes para demostrar que también sabe jugar con el marcador, aguantarlo, conservarlo y... no perderlo. Eso fue lo que sucedió en el Palacio de los Deportes de Santander, adonde el Alerta Cantabria se ha mudado esta temporada desde Torrelavega, en un partido clásico de la LEB, feo y alejado de cualquier rastro brillante.

El CAI dominó el partido desde el inicio y, por encima de todo lo demás, manejó el tempo del encuentro. El equipo siempre supo conservar la calma ante las acometidas del Alerta Cantabria. Lo hizo primero cuando los locales se acercaron (45-48) en el tercer cuarto y, sobre todo, cuando un triple de Erdmann, que se jugó 18 balones, con libre adicional situó el marcador en 55-58.

FERRER, INEDITO Quintana dejó sin minutos a Ferrer y Reynolds volvió a firmar una valoración notable (19) gracias a su buena mano de dos y a su contribución reboteadora. Brown, que fue titular, estuvo de nuevo ofuscado, gris y lejos de sus expectativas. Tan significativo como el bajo rendimiento del americano fue la diferencia de tiros libres lanzados: 9 dispuso el CAI a su favor y 25 el Alerta, una circunstancia repetida en el tiempo y de difícil explicación.