Europa le sentó bien al CAI Zaragoza, que sumó su segunda victoria seguida, primera en la Eurocup, de nuevo por un solo punto de diferencia, de manera agonística, sufriendo y salvado por la bocina final. Si el encuentro se hubiera prolongado un minuto más... Pero los partidos duran 40 minutos y ahí el equipo aragonés hizo su trabajo, méritos más que suficientes para imponerse a un buen París, rápido, joven, con calidad y con múltiples argumentos para poner en apuros a su rival. El CAI debe seguir trabajando y mejorando pero, mientras tanto, va sumando y consumando sus primeros objetivos. En Europa cualquier error puede ser decisivo, más en casa, más aún en un grupo tan complicado como el A, por lo que el triunfo (77-76) puede darse por más que bueno.

Tuvo el CAI más y mejores momentos que en anteriores ocasiones, encontró también el acierto desde la línea de triple, se fueron sumando jugadores a la causa. Se le vio mejor cara, en definitiva, un juego más fluido, con más alternativas, con Landry en todas las acciones, con Goulding soltando la muñeca, Katic trabajando arriba y abajo, Tomás aportando en el último cuarto. También se siguieron viendo errores, como es lógico. El CAI pasó momentos de apuro cuando el París aumentó su intensidad defensiva y sufrió siempre con Schilb, el jugador más incisivo del París.

PUNTOS AUSTRALIANOS

Encontró, sin embargo, el antídoto a Ford, el segundo máximo anotador de Francia, en Katic, que le frenó y evitó un quebradero de cabeza más al CAI. Con el pívot fuera de combate emergió el alero Schilb, rápido, preciso, peligroso siempre, y le acompañaron el resto de jugadores, secundarios pero con capacidad para anotar con el espacio y el tiempo suficientes. El CAI estuvo prácticamente siempre por encima en el marcador y, en sus mejores momentos, logró arrancarse hasta la decena de diferencia. Jelovac, Norel y Goulding fueron la punta de lanza en esos instantes. El australiano, sus triples, su trabajo, su insistencia, fue una de las buenas noticias de la noche para el CAI tras un inicio en el que había evidenciado que aún andaba buscando su sitio.

El CAI estuvo casi siempre por encima pero el París no se rindió nunca y el partido se mantuvo en el filo hasta el final. El conjunto francés rompió el ritmo del CAI a base de cambios defensivos, de zona a individual, saliendo a presionar las líneas de pase, agobiando a los bases desde la pista contraria, haciendo dudar a un equipo que todavía no está demasiado seguro de sí mismo. El París provocó las imprecisiones aragonesas en el momento más inoportuno, impidiendo al CAI cerrar el partido antes de tiempo.

Para colmo del equipo de Ruiz Lorente, el París comenzó a acertar de tres justo al final, cuando más lo necesitaba. Llegó al último cuarto con un discreto 3/14 en triples y logró anotar siete, cuatro de ellos en los tres minutos finales, el último para poner el 77-76 y el murmullo en la grada a falta de una décima. Ahí se quedó el susto, no hubo tiempo para más. Un mejor CAI volvió a sufrir hasta el final pero, de nuevo, supo ganar para empezar con buen pie su segunda aventura en la Eurocup.