A lo grande. Después de tres derrotas consecutivas (Plasencia, Bilbao y Menorca), el CAI Zaragoza recuperó la senda del triunfo con un recital de baloncesto contra el colista, un muñeco roto y de un nivel más cercano a la LEB-2 que a la categoría en la que milita. Con este convincente triunfo (24 puntos de diferencia), el equipo que dirige Alfred Julbe se toma un respiro, aleja cualquier atisbo de crisis y alimenta su maltrecha moral tras los últimos varapalos. El encuentro de ayer contra el Aracena fue sencillo, casi un entrenamiento. En realidad, no hubo partido por la gigantesca distancia de calidad entre los contendientes.

La crónica de la decimoséptima victoria de la temporada fue la de un monólogo del CAI Zaragoza desde el primer instante. Nada más saltar a la pista, ya se palpó lo que iba a suceder. Y, claro, sucedió. El conjunto aragonés fue un rodillo que no tuvo piedad del Aracena en un pabellón más propio de categorías aficionadas que de la Liga LEB.

LA SENTENCIA La primera parte dictó sentencia. El CAI salió dispuesto a dejar todo zanjado con prontitud para evitar sustos y eliminar los fantasmas de la crisis. Y lo hizo. El equipo de Alfred Julbe impuso un ritmo de juego insoportable para el Aracena y, con un día iluminado en el tiro exterior (63% en los primeros veinte minutos y 50% al final) y con solidez bajo los aros (33 rebotes por 25 de su rival), se alejó en el marcador y ya no soltó el mando hasta el final del partido. En el ecuador del segundo cuarto, el CAI dominaba 26-44 y en el último esprint aún la aumentó hasta los 31-52 a la hora de marcharse a los vestuarios.

José Antonio Ferrer, con un gran acierto en los triples, hizo 14 puntos en el despegue del CAI y lideró el ataque, hasta tal punto que firmó su mejor registro desde que viste la camiseta rojilla (28 puntos, con un 62% de tres, con ocho rebotes). Además, Javi Mesa recuperó un buen nivel partiendo desde el quinteto titular por las molestias de tobillo de Lester Earl. El pívot hizo 13 puntos y capturó seis rebotes.

La segunda parte fue más de lo mismo. Contra un Aracena que ni siquiera opuso resistencia ni actitud, el CAI afianzó su diferencia. Llegó incluso a disfrutar de 30 puntos de ventaja (41-71) y, luego, se dejó llevar hasta el final. El último cuarto fue el único que vencieron los locales (29-23), en los que sobresalió Derell Washington (27 puntos, con poco acierto de tres) y nadie más.

El CAI volvió a vencer con una aportación escasa de sus dos americanos, tanto en anotación como en presencia en el juego.