El de Bilbao fue otro CAI, no hay duda, un CAI más sólido, más aguerrido, solidario, comprometido. Y ganador. En siete días, el equipo de Joaquín Ruiz Lorente pasó de perder en casa del colista a superar con todas las de la ley a una de las revelaciones de la temporada, a un rival que solo había perdido uno de sus seis partidos anteriores, al que nadie le había hecho más de 80 puntos en casa. Ganó el CAI porque fue mejor, porque fue el mejor CAI de lo que va de temporada, con mejor actitud, muy atento en defensa, cerrando el rebote y encontrando soluciones en ataque. Lisch, Goulding y Pere Tomás lideraron la nueva cara del CAI Zaragoza.

Porque fue nueva cara desde el principio. Con Jason Robinson como baja de última hora por un golpe en las costillas, Katic a medio gas por una infección en el codo y Jelovac aún recuperándose de un virus, Joaquín Ruiz dispuso en el cinco inicial a Lisch, Goulding, Tomás, Landry y Norel. El resultado no pudo ser mejor, con un primer cuarto primoroso en el que el CAI barrió al Bilbao Basket, con una defensa que descolocó a su rival y cerró con acierto el aro, la gran preocupación de la semana en el equipo aragonés. En ataque, el CAI corrió con criterio y sentido, movió bien el balón y encontró siempre la mejor posición. Hizo que sus canastas parecieran fáciles y le endosó al Bilbao un parcial de 11-26 en los primeros diez minutos que le permitió controlar el partido.

Lo hizo casi siempre, a pesar de que, como no podía ser de otra manera, el Bilbao Basket cambió cosas, probó diferentes defensas, mejoró su juego, subió su intensidad. Los locales tenían que hacer todo lo posible para regresar al partido y lo hicieron, aunque el CAI supo mantener la cabeza fría para no permitir que su rival llegara a darle la vuelta por completo al marcador. El equipo aragonés fue regular atrás, que es donde se ganan los partidos, llevándose la batalla del rebote y dejando al Bilbao en 7 capturas ofensivas, cuando su media, la más alta de la Liga, era de 12,33 por partido.

LOS EXTERIORES

En ataque se echó de menos una mayor aportación de los pívots. Con Katic y Jelovac tocados, Norel no cogió confianza hasta el último cuarto, cuando se le vieron algunos de sus gestos tan característicos. Así que asumieron el liderazgo ofensivo los exteriores. Primero un Pere Tomás estelar, en el rebote y en la anotación. Después un Kevin Lisch muy seguro en sus decisiones. Y por último, un Chris Goulding enrachado y capaz de anotar canastas imposibles. 20 puntos firmó el base, 18 el escolta australiano y 14 el alero mallorquín, 52 de los 82 puntos del equipo.

También destacó Landry después de unos malos partidos. Alternando el cuatro y el tres por exigencias del guión, Landry fue el jugador con más minutos en pista y se convirtió en un seguro en defensa con 9 rebotes y tres espectaculares tapones. El nuevo fichaje del CAI, Isaac Fotu, vio el encuentro desde el banquillo pero no tuvo la oportunidad de debutar.

El Bilbao mejoró con dos bases en pista y se acercó en el marcador a base de triples. De 17 puntos la diferencia pasó a uno solo en el tramo final. Aun así, el dominio siguió correspondiendo al CAI Zaragoza, que no se dejó intimidar por el efecto Miribilla ni por el acierto lejano de su rival. El equipo aragonés se lavó la cara, ofreció su mejor versión y logró una victoria convincente. La de ayer es la imagen que se espera del CAI Zaragoza.