Los clubs de la Liga ACB se reúnen este lunes, telemáticamente, para tratar de consensuar una solución a la temporada 2019-2020 y un tránsito, lo menos traumático posible, a la próxima. Se trata de encontrar la solución menos mala, porque buena es imposible. Para empezar nadie sabe cuándo se podrá volver a la actividad física y lo que parece claro es que sea cual sea la fórmula que se adopte, será a puerta cerrada, sin público en las gradas.

Desde el momento en que el Gobierno levante las medidas restrictivas para la práctica deportiva, suponiendo que se pueda hacer en grupo, los equipos necesitarán un mínimo de cuatro semanas para alcanzar el nivel físico y técnico mínimo imprescindible para competir. Y las fechas siguen corriendo.

Se ha hablado de que no haya descensos, de que podría haber dos ascensos y pasar, el próximo año, a una Liga con veinte equipos. También de una final a ocho en concentración, en Canarias, por tener menos casos de coronavirus. De jugar directamente unos playoffsde octavos de final, al mejor de tres victorias, también en una sola ciudad.

Montakit Fuenlabrada y Movistar Estudiantes estarían de acuerdo con la propuesta de que no hubiera descensos, al ser los más expuestos y quizá el resto podría aceptar los playoffs de octavos de final, aunque sus objetivos son bien distintos. Pero también habrá que ver con qué plantilla podría contar cada equipo, porque muchos extranjeros se han marchado a sus respectivos países (Seeley y Thompson en el Casademont) y está por ver si quieren y pueden volver.

La asignación de las plazas europeas parece un tema menor en estos momentos, dado que en la Euroliga el Real Madrid, Barcelona y Baskonia tiene sitio fijo y la opción del Valencia se dilucidará en la propia competición europea. Las plazas de la Eurocup y de la Champions serán, a todas luces, una cuestión económica y no parece que vaya a haber mucha discusión, por falta de candidatos. Después está el asunto de los contratos de los jugadores, de cuándo acaban y de cuándo se puede fichar.