El Basket Zaragoza lleva años haciendo un buen trabajo de cantera que está dando sus frutos con cada vez mejores resultados en categorías de formación, mayor número de internacionales en las inferiores y jugadores que llegan a jugar al primer equipo. El problema es cuando ese paso por el conjunto profesional se convierte en tan efímero que el club no puede disfrutar del jugador en el que tanto tiempo y dinero ha invertido. Carlos Alocén es el último caso, al que precedieron Jaime Fernández el pasado verano (sin llegar siquiera a dar el último paso) y antes Sergi García. Eso es lo que quiere evitar el Basket Zaragoza en el futuro, por lo que ya ha atado a sus canteranos más destacados con contratos más largos que permiten incluir cláusulas de rescisión más altas.

Vit Krejci, Ander Urdiain, Raúl Lobaco, Jaime Pradilla y Javier García han firmado su renovación con el club aragonés en las últimas fechas. Todos ellos han alcanzado ya la edad sénior y esta pasada campaña han estado en la dinámica del primer equipo. Su renovación obedece a ese interés en mantener a las joyas de la corona el mayor tiempo posible en casa. Algo que no siempre es factible porque, al fin y al cabo, se trata de un acuerdo entre dos partes y no depende solo de la voluntad del club.

Por ejemplo, el Basket Zaragoza ofreció durante la pasada temporada una mejora de su contrato a Carlos Alocén, pero el base declinó la propuesta porque ya había recibido el interés del Real Madrid. El verano pasado no pudo hacer nada por retener a Jaime Fernández, que se marchó al Barcelona para jugar en el filial de LEB Oro. Los grandes clubs les ofrecen contratos que el Basket Zaragoza no puede igualar, con unas fichas que en el equipo aragonés no cobran prácticamente ni las grandes figuras.

El objetivo de la entidad zaragozana es que esos jugadores renovados continúen su progresión con la camiseta roja. No obstante, está por decidir aún dónde lo harán el próximo curso. Con la participación en la Champions, la obligación de tener en plantilla cinco jugadores de formación local y el aumento de partidos, habrá alguno que se quedará en Zaragoza a las órdenes de Porfirio Fisac. Pero el que no tenga sitio en la primera plantilla tendrá que seguir mejorando, para lo que el club buscará cesiones que permitan el desarrollo de los jugadores, puesto que la Liga EBA se les queda ya pequeña a todos ellos. Ahí cada caso será diferente porque cada uno tiene características y necesidades distintas. La cuestión es que sigan ligados al Basket Zaragoza y que, tarde o temprano, se conviertan en jugadores del primer equipo durante un tiempo. Y que no duren en Zaragoza un suspiro.