Beatriz Farreres estaba trabajando en Lanzarote, alejada del periodismo, cuando llegó a sus oídos que Adecco, patrocinador oficial de la selección, realizaba un concurso para seleccionar al encargado de llevar las redes sociales de la Federación Española de Baloncesto durante agosto y septiembre, es decir, en el Mundial. "Me la mandó un excompañero de la universidad", dice la aragonesa, que al principio no creyó tener demasiadas oportunidades. "Como le estaban dando mucho bombo, me imaginé que se habría presentado mucha gente", dice. Pero fue la elegida; su experiencia en el CAI, donde estuvo en el gabinete de prensa ayudando a Arturo Sisó, el jefe de comunicación, fue una de las claves para que la eligieran: "Ayudó mucho", admite.

Su principal función en este tiempo ha sido gestionar las redes sociales de la selección. "Básicamente, Twitter e Instagram. Solo por lo que genera la selección, el Twitter tampoco hay que promoverlo mucho. En el caso de Instragram, cuando yo llegué eran apenas 2.000 seguidores y ahora estamos en casi 6.000", dice, orgullosa. El fracaso de la selección fue un golpe para el ánimo de los que trabajan detrás del equipo, aunque el trabajo incluso aumentó. "El día siguiente a la eliminación la participación fue una pasada, había un momento en que no me daba tiempo a leer todos los mensajes, la gente estaba muy enfadada".

Beatriz ha podido comprobar las diferencias entre la comunicación del CAI y de la selección. "El CAI al final es un club pequeño y ver este trabajo desde una organización más grande, con la repercusión de una de las mejores selecciones del mundo, me ha aportado mucho". Una gran experiencia, pues, pero que acaba el 30 de septiembre. "Hace dos meses estaba trabajando en Lanzarote y me he plantado en el Mundial. No hago planes de futuro", dice Beatriz.