"Ese tiene la muñeca caliente", suele oírse en las canchas de baloncesto cuando algún tirador entra en trance anotador. Pero el domingo pasado, algunos jugadores del CAI Zaragoza no solo la tenían caliente: la muñeca les ardía. Desde una esquina o de la otra; sin marcaje o sobre un brazo estirado, el equipo aragonés se clasificó para los playoffs en Valladolid a ritmo de triple, en un partido en el que llegó a anotar 17 (de 33 intentos), igualando su mejor marca en la ACB, un registro que ya había alcanzado en otras dos ocasiones. Lo hizo de la mano de la doble R, Rudez and Roll. Entre los dos encestaron 11 triples. Con cuatro en 8 intentos, Roll recuperó sensaciones en el tiro tras una temporada en la que el escolta no ha podido igualar los porcentajes de acierto que alcanzó el año pasado.

En Valladolid, el CAI ya había anotado seis triples en el primer cuarto, pero llegarían muchos más. La mayoría de Rudez; si el equipo logró un récord, él obtuvo otro, o más bien dos. Su marca de siete triples anotados (intentó ocho) es la mejor de su carrera en España (en el Cedevita encestó ocho en un encuentro europeo en Canarias) y también la mejor de un jugador del CAI en la ACB. Este último récord tenía propietario múltiple hasta ahora: Jon Stefansson, Paolo Quinteros, Andrés Miso y Pablo Aguilar habían llegado a anotar un un momento u otro seis tiros desde los 6,75. El islandés también contribuyó el domingo con dos lanzamientos de tres, los mismos que Sanikidze, mientras que Jones y Javi Marín, inesperados en este arte, lograron uno.

Vuelta tras un bajón

Rudez volvió a ser Rudez tras un pequeño bajón en las últimas semanas. No obstante, la lucidez apenas le ha abandonado esta temporada. A la mayoría, la canasta se les hace pequeña desde la esquina, pero Rudez ve el aro muy grande. El croata tiene el séptimo mejor porcentaje de la ACB en tiros de tres (anota el 44,14% de los que intenta) y solo hay diez jugadores que meten más triples por partido que él. Su actuación le valió además la presencia en el quinteto ideal de la jornada, representando el apartado de eficacia. Que su récord haya venido ante el Valladolid no es casualidad. La puntería es la puntería, pero si se apunta sin agobios, se apunta mejor, y el Valladolid suele llegar tarde. En marzo, el barcelonista Jacob Pullen batía el récord de la Liga en triples precisamente ante el conjunto pucelano.

El base americano logró 12, superando al brasileño Oscar Schmidt, que encestó 11 en 1994 (pero desde 6,25). Aquel día, el Barça estuvo a punto de alcanzar con 19 también la mejor marca de triples de un equipo en la ACB, que está en posesión del Joventut con 20.