Superar a un rival empieza por frenarle. Desactivar a sus mejores jugadores, que no estén cómodos, que no hagan lo que mejor saben hacer. Defender es siempre el primer paso para ganar y, ayer, fue clave en la victoria del Estrasburgo, así como en la reacción del CAI. "La razón por la que hemos ganado el partido es porque incluso cuando estábamos por debajo en la prórroga no paramos de defender y los frenamos sin hacer faltas", señaló tras el encuentro Vincent Collet, el técnico francés. "No tuvimos la claridad necesaria en la prórroga pero algo bueno tuvimos y es que lo solventamos atrás bajando el culo", explicó uno de los capitanes del CAI, Pedro Llompart.

En 45 minutos de juego, el resultado fue bajo, 71-73, porque ambos brillaron más en defensa que en ataque. No al principio, cuando Diot ofreció todo un recital de direcció y anotación. Hasta que Kevin Lisch se puso las pilas y el base francés dejó de ser protagonista. "El CAI ha hecho un buen trabajo sobre Diot y ahí cambió la situación", aseguró Collet. Tapar al base, no dejarle jugar el pick and roll era una de las cuestiones que el equipo aragonés había trabajado en la previa.

Tras un mal inicio, el CAI tuvo que hacer un sobreesfuerzo y lo hizo en defensa, apretando atrás, no dejando al Estrasburgo encontrar situaciones cómodas de tiro, obligando a agotar algunas posesiones, robando balones al final. Como pruebas de su buena defensa, el CAI controló el rebote defensivo --su rival solo capturó seis ofensivos-- y fue el equipo aragonés quien lanzó en más ocasiones a canasta. Además, concedió menos tiros libres que su rival, haciendo un buen uso de las faltas personales. El problema fue que el CAI empezó un pelín tarde.