Durante 35 minutos y 10 segundos el Casademont mantuvo todas sus opciones. Con momentos brillantes que le dieron diez puntos de ventaja y otros más prácticos, ocultando todas sus carencias con una batería increíble de triples. Pero se fundió al final y, en los 4.10 minutos restantes, encajó un 22-4 de parcial que le dejó de nuevo sin victoria ante el Valencia Basket. Demasiado castigo (89-71) para un Casademont atrevido, valiente por momentos, joven y mermado. Las semifinales están cada vez más lejos.

Las ausencias de jugadores clave están condicionando mucho al equipo aragonés. Ayer Fisac no cargó tanto a sus jugadores, ninguno superó los 30 minutos, y los jóvenes tuvieron más protagonismo, pero los hombres importantes tienen que llevar el peso durante demasiado tiempo y con partidos cada dos días, lo que se acaba notando sobre todo en ataque. Al final falta oxígeno para pensar con claridad, para mantener la calma y la fluidez del juego. Por más que se quiera, por más que el equipo ponga el alma, las piernas y los brazos no llegan. Y fue una lástima, porque el equipo tuvo minutos francamente buenos.

En apenas 48 horas, el Casademont Zaragoza fue capaz de exhibir una notable mejoría. Sobre todo en defensa, el gran defecto de su estreno, pero también una mayor fluidez en ataque, mostrando un ritmo de juego similar al que se había visto hasta la llegada del coronavirus. Pofirio Fisac sorprendió dando la titularidad a Jaime Pradilla, después de haberse guardado a la Generación Z en el primer partido, y el ala-pívot fue de lo mejor en el inicio. Ennis hizo de uno más que los bases y el Casademont fue poco a poco encontrando su ritmo. El partido comenzó muy vivo, la ausencia de rebotes ofensivos aceleraron el juego, y el equipo aragonés poco a poco fue encontrándose más cómodo.

El Valencia, consciente de que el mayor problema aragonés está en la pintura tras la ausencia de tres de sus pívots, intentó cerrar el aro y forzó al Casademont a tirar de fuera. Al principio, con resultados catastróficos, todos los lanzamientos rebotaban en el hierro. Pero Robin Benzing entró en trance a caballo del primer y segundo cuarto con cuatro triples seguidos, el Casademont despegó en el marcador y, a partir de ahí, todo fue más sencillo para los aragoneses. Alocén se sacó varias acciones de la chistera, se calentó Brussino. Fisac siguió tirando de cantera y puso a Etxeguren de cinco. El Casademont volvía a sonreír cuando se marchó a los vestuarios.

Tras el descanso el Valencia se aplicó más en defensa y consiguió desarmar poco a poco al Casademont. No le dejó correr y anuló sus lanzamientos de tres. En el tercer cuarto, no anotó ningún triple el equipo aragonés y solo sumó dos puntos a la carrera. Además, la diferencia en el rebote se fue haciendo cada vez más sangrante y el Valencia tardó siete minutos en recuperar los diez puntos de ventaja que había acumulado el Casademont en su brillante segundo cuarto. El equipo de Fisac quiso agarrarse con uñas y dientes al partido pero, a partir de ahí, todo fue a peor.

El Valencia siguió dominando con un ritmo machacón, ampliando poco a poco su ventaja, no dando opciones a su rival. Un Casademont al que poco a poco se le iba acabando la batería. Llegó hasta el 67-67, empate gracias aun triple de Radovic, y en los 4.50 minutos que quedaban hasta el final encajó un demoledor 22-4 de parcial que dejó el 89-71 final, exagerado para lo que fue el partido. El Casademont se queda sin sumar en este grupo B y se le acaban las opciones. Mañana le espera el Morabanc Andorra, el otro equipo del grupo que tampoco se ha estrenado. Hay que seguir intentándolo.