Todos han jugado cientos de partidos, antes y después de aquel, pero ninguno olvida la Copa del 2014. Es, hasta la fecha, la única victoria del Casademont Zaragoza en este torneo y la consiguió precisamente en el Martín Carpena ante el Unicaja. «Tengo un recuerdo muy claro», dice Pedro Llompart. «Es uno de los recuerdos más bonitos que llevo conmigo de Zaragoza, uno de los mejores momentos de mi carrera», asegura Damjan Rudez.

Llompart lo recuerda casi como si lo estuviera viviendo ahora mismo. «Era la segunda Copa a la que íbamos, nos había tocado el anfitrión ya en Vitoria y en Málaga otra vez. Habíamos aprendido del partido de Vitoria y arrancamos muy bien y ya en el tercer cuarto subieron el nivel, bofetón va bofetón viene, y se nos fue la ventaja. Teníamos muy claro cómo afrontar el partido contra Unicaja y fue un partidazo. Jugamos muy muy bien y tengo totalmente presente cómo estaba la afición, en la esquina derecha de arriba del todo, cómo lo celebramos, lo bonita que fue esa victoria y la unión que había entre equipo y afición», explica el base del Alicante.

Tampoco lo ha olvidado Damjan Rudez, que después jugó la NBA. «Ganar a un anfitrión tan fuerte como fue Málaga ese año fue un placer para nosotros, fue solo una continuación del trabajo que habíamos hecho el año anterior y aquel año. Me acuerdo bien de que ellos iban adelante en el marcador y que no estuvimos bien hasta el tercer periodo o algo así, estuvimos nerviosos, no jugamos tan bien y luego lo cambiamos. Si me acuerdo bien, creo que íbamos nueve o diez u once puntos por debajo, pero metimos unas canastas súper importantes y tuvimos el apoyo de nuestros aficionados, fenomenales, que estaban en la grada gritando», rememora desde Croacia.

La memoria de Rudez es tan vívida que recuerda perfectamente a uno de esos aficionados. «Nunca olvidaré que Pablo, uno de nuestros aficionados más delicados, llevaba mi bandera con mi apellido. Me acuerdo muy bien porque me motivaba tanto verla ahí en la grada... La verdad es que fue una de las victorias más grandes que hicimos esa generación con ese equipo. Estuvimos súper ilusionados, súper felices después. Sabíamos que hicimos una cosa histórica», señala.

EL OTRO LADO / Enfrente estaba un jugador que ya era histórico, que ha ganado cuatro títulos, que fue MVP en el 2010. «En Málaga en el 2014 era un año que estábamos entre partidos buenos, partidos malos, y nos tocó el malo en la Copa. Ellos estuvieron muy acertados y años anteriores igualmente. No hay que menospreciar al equipo rival. Muchas veces los grandes creemos o creen que a los pequeños no hay que respetarlos y hay que respetarlos igual», sentencia. Ahora, espera que la historia se repita. «A mí como jugador se me ponen los pelos de punta porque es un ambiente bonito, ver cómo las aficiones se unen animando a sus equipos. Es muy bonito de ver y de jugar. Después de tantos años sin ir a una Copa, como el Casademont, se disfruta más. Tengo antecedentes de que en la última Copa en Málaga el CAI nos eliminó, ahora voy al contrario y espero que pase lo mismo».

Entre Unicaja y Casademont pasa algo curioso, difícilmente explicable. El conjunto malagueño es superior en presupuesto, plantilla, palmarés, experiencia... Pero es el equipo que mejor se le da a los aragoneses desde hace ya unos cuantos años. «Le teníamos cogida un poco la medida. Creo que nuestro juego no le iba muy bien y se vio claro. Esta Copa va a ser diferente pero la verdad es que veo al Casademont jugar casi siempre y me parece un equipazo. Me parece que juegan un baloncesto muy bueno, con una calidad individual muy alta y yo les veo con mucha garantía para volver a afrontar ese partido y volver a llevarse la victoria», opina Llompart.

Y eso es algo que cambia la mentalidad del jugador, según Rudez. «Contra Unicaja en los dos años que estuve la verdad es que siempre jugamos bien y les ganamos en casa y fuera. No tuve la sensación de que eran imbatibles, en ningún momento, a pesar de que tenían un equipazo. Es un gran equipo, de presupuesto máximo, que imponía, pero en el vestuario no teníamos la sensación de jo, esto va a ser imposible. Era más bien, vamos a ir muy enfocados, conscientes de que podemos ganar. El año anterior contra el Baskonia no tuvimos muchas oportunidades, se nos habían ido ya al descanso. Si hubiéramos jugado tres días no estaríamos cerca de ganar. Pero contra Málaga, aunque estuvimos por debajo en el marcador, no tuvimos la sensación de que no se puede», indica.

A él personalmente también se le daba bien. «Me acuerdo de que los dos años que estuve me sentí súper cómodo jugando contra ellos, tenían una defensa que a mí me convenía muy bien, siempre tenía la sensación de que iba a tener tiros liberados, me sentía relajado. Hay equipos que te caen bien y Málaga siempre me vino muy bien jugar contra ellos. Por eso al llegar a la Copa pensé, ya llevo unos cuantos buenos partidos contra ellos, el equipo también, así que este es un partido más».

Así que el croata también da opciones al Casademont. «Estoy seguro 100% de que tienen opciones, van muy bien en la Liga, tienen un equipazo, se nota mucha química entre ellos. Me encantan los fichajes de Ennis, Seeley y especialmente siempre fui muy fan de Brussino. Coincidí contra él en la NBA, cuando estaba en Dallas y pensé, este tío va a tener una carrera magnífica. También se nota que el equipo juega muy cómodo con Porfi», explica.

Llompart también ve mucho potencial en su exequipo. «Veo que para el Unicaja es un partido muy complicado porque el Casademont no se arruga ante nadie, tiene un juego muy valiente, capacidades individuales muy grandes. Es complicado parar a este Casademont. Y además tienen a gente muy grande. Cuando ponen el quinteto con Alocén de base y el resto, es que todos están por encima de los dos metros, es una barbaridad», dice. En el 2014, Carlos Alocén jugó la Minicopa.