Disfrutar del camino, sí, por supuesto. No cabe duda. Pero en el Tecnyconta Zaragoza no se conforman solamente con divertirse y divertir. Se está empeñando en que hay que probar el caviar sin despreciar los garbanzos, como dijo Fisac. El equipo aragonés sigue en racha y convenciendo. Hay motivos más que de sobra para pensar en el playoff. ¿Por qué no? El equipo aragonés suma y sigue. Esta vez la víctima, la tercera consecutiva, fue el Obradoiro, al que se impuso 84-91 en una demostración de arrojo, inteligencia y solidaridad colectiva. Son 14 victorias (quién lo hubiera dicho...) y empatados con el sexto. Y llega el Barcelona en pleno estado de efervescencia. Perfecto para dar otro susto.

El cuadro rojillo aguantó en la primera mitad las acometidas desde el triple de los gallegos. Nada que fuera inesperado. A pesar de ello el Tecnyconta fue madurando el encuentro, manteniendo quieto y callado a Okoye y aprovechando el estado de gracia de Nacho Martín.

Tras el paso por los vestuarios y después de salvar un hándicap de nueve puntos, los zaragozanos despertaron siendo fieles a su ADN, a su forma de jugar y, sobre todo, agachando la cabeza y currando en defensa para secar a los locales. Una segunda parte casi perfecta que bien vale una valiosa victoria.

El inicio fue un intercambio de golpes constante con un Tecnyconta más centrado en igualar el acierto de tres puntos del Obradoiro que de potenciar el juego interior y las transiciones. El comienzo fue espeso y demasiado tosco, sin claras opciones de tiro, con pérdidas y con espesura en la dirección. Y a pesar de todo el equipo de Fisac se mantuvo siempre en el partido e incluso se fue por delante (20-21).

Nacho y Okoye / Después asomó la cabeza de Nacho Martín y ya no la escondió. Hizo un encuentro superlativo en todas las facetas, pero especialmente en la ofensiva. 18 puntos al descanso y anotando de todos los colores y formas. El juego interior apenas tuvo protagonismo ofensivo, pero hizo su papel atrás con intimidaciones y buenas acciones. Mientras tanto, Fisac fue gestando poco a poco el final del partido, el momento clave. Okoye pasó de puntillas por el partido, como ausente, y aguantando muchos minutos en el banquillo. Preparando el huracán.

Entre tanto, en el tercer cuarto tuvo que hacer el Tecnyconta un enorme ejercicio de supervivencia. El quinteto experimentado para empezar la segunda parte fue superado por los gallegos tras un arranque terrible, con demasiada concesión defensiva y el retorno de la pausa al ataque. Ese no era el camino. Radovic sostuvo al equipo anotando los ocho primeros puntos del cuarto y, hasta que no salió Nacho Martín, que seguía notando la llamada del aro, no se pasó de la máxima diferencia local (-8) a la visitante hasta ese momento (+4).

El último cuarto fue la tormenta perfecta. Maduró el choque el Tecnyconta hasta agotar al Obradoiro, cuyos triples pasaron de ser claros a muy forzados. El acierto bajó y los aragoneses supieron interpretar el partido y pusieron trece puntos de renta en el marcador. A esa fiesta se sumó al fin el reservado Okoye. En el momento clave aparece. Se gusta y gana partidos, incluso cuando parecía que no iba a aparecer en todo el encuentro.

Sin embargo, como los rojillos parece que no saben ganar sin sufrir, aún tuvieron unos instantes de dudas, con precipitación en los tiros y con problemas para jugar con el reloj. Tanto que al final el Obradoiro se puso a tres puntos, pero Nacho Martín volvió a coger la responsabilidad y finiquitó el partido con más puntos y más compromiso. Y así es como el Tecnyconta es séptimo. Trabajo coral para ganar.