De Sevilla a Cerdeña. De la Liga Endesa a la Champions. El Casademont Zaragoza afronta la parte más esperada del curso, los playoffs del torneo continental ahora convertidos en una liguilla de cuatro equipos. El objetivo es uno y único, llegar a la final a ocho que tendrá lugar la primera semana de mayo. Para eso tendrá que ser uno de los dos mejores entre el Dinamo Sassari, el Bamberg y el Nymburk. Este martes empieza esta nueva aventura en Cerdeña, en casa de Gianmarco Pozzecco (20.30 horas, Aragón TV).

El entrenador italiano es el gran protagonista antes del duelo puesto que se reencontrará con el club en el que jugó tres partidos allá por el 2005. «Estoy especialmente contento de encontrarme con el Zaragoza en nuestro recorrido por la Basketball Champions League, aunque lo considero un muy fuerte oponente, estuve un poco menos de un mes como jugador: es un club al que todavía me siento conectado, me trataron muy bien y no pude devolverles la confianza llevándolos adelante en los playoffs», dice el técnico en la web del club. Pozzeco fue el refuerzo de lujo del entonces CAI en los playoffs por el ascenso en el 2005. Solo jugó cuatro partidos entre ellos los tres de la eliminatoria contra el León que acabaron en derrota y, en el último, con el italiano expulsado.

Eso es ya historia y ahora está en juego el presente y el futuro, el éxito deportivo y económico de la temporada. En una competición tan corta y que, a diferencia de la fase anterior, se va a disputar cada semana, el margen de error se reduce y es importante también sumar fuera. Empezar esta fase con un triunfo daría mucha tranquilidad al Casademont, que luego tendrá dos partidos seguidos en casa. Sergio Hernández está en Cerdeña con los mismos que ganó en Sevilla, con el recién incorporado Jacob Wiley, el recuperado San Miguel y sin Javier Justiz.

Casademont y Dinamo Sassari se parecen en una cosa, en su capacidad anotadora. Los aragoneses promedian 87,8 puntos por partido y los italianos, 87,3. El Casademont es líder de la competición en tiros de dos con un 61,8% de acierto. Su jugador más determinante es el pívot croata Miro Bilan, que aporta 16.2 puntos, 8.2 rebotes y 2.3 asistencias por partido, bien asociado con el base Marco Spissu, que suma 7,2 asistencias y 18,7 de valoración.

El equipo de Sergio Hernández se clasificó como primero de su grupo en la fase anterior con cinco victorias y una única derrota, mientras que los italianos acabaron segundos por detrás del Lenovo Tenerife con cuatro triunfos y dos derrotas, una de ellas precisamente en las islas (115-85). En la competición doméstica, los aragoneses llegan en su mejor momento de forma tras haber vencido en seis de sus últimos siete encuentros y encarrilado así su temporada tras un mal inicio.

Una década en la élite

El equipo de Pozzecco es tercero en la Lega con 13 victorias y 5 derrotas, empatado con el Bologna y a tres del Milán. Los italianos acumulan nueve jornadas consecutivas cantando victoria en la Liga. En la Copa italiana cayeron en cuartos, en la prórroga, contra el Pesaro (110-115). El club fue fundado en 1960 por unos estudiantes en Sassari, la segunda localidad más grande de Cerdeña con 127.000 habitantes. Tardó 50 años en llegar a la máxima categoría pero, desde que alcanzó la Serie A en la temporada 2010-11, ha inscrito en su palmarés dos Copas (2014 y 2015), una Liga (2014-15), la Supercopa del 2014 y la Eurocup del 2019.

Ahora también quiere brillar en la Champions. La final a ocho es el gran objetivo y para eso hay que fallar muy poco, casi nada, eso lo saben ambos. «Hay que saber manejar lo importante que es la carga emotiva de ganar el primer partido. Si te pasas, en lugar de motivarte te pone nervioso, así que hay que afrontar el encuentro tranquilos, ir a jugar nuestro mejor partido sin pensar tanto que es un partido bisagra porque no es bueno para la salud», dijo Sergio Hernández. El técnico apuntó que al ser grupos de cuatro equipos hay «pocas balas» y que, por eso, se debe intentar «ir rápido a buscar resultados», algo que se consigue «jugando bien».