El Casademont Zaragoza no carbura. No encuentra su camino. Las bajas no le ayudan en absoluto, es cierto, pero el equipo no termina de engancharse a sí mismo, a su idea de juego, a sus posibilidades. No funciona en defensa, no se aclara en ataque y parece que ya hasta le cuesta creer. Ayer, cuando el San Pablo aceleró al final, solo el speaker seguía con buen ánimo. Al final, tras un duelo parejo, en el que ninguno dominó claramente, fue el campeón de la Champions el que estuvo mucho más sólido y acertado cuando había que estarlo, cuando se deciden los partidos. Y de un duelo igualado se pasó a un resultado abultado (86-100).

Las bajas han reducido la rotación de Ocampo hasta los ocho jugadores, nueve con Javi García. El base es un problema porque Ennis no se ubica y el juego del Casademont deriva demasiadas veces en individualidades, no siempre bien resueltas. Una tendencia que se agiganta peligrosamente cuando el equipo se ve abajo en el marcador. Entonces es individualista y acelerado, lo que solo hace aumentar los errores. Ayer se derrumbó en el momento de la verdad, después de estar compitiendo sin excesiva brillantez pero compitiendo. Encajó 29 puntos en los últimos 10 minutos y sus ataques fueron un carrusel de errores. Lo peor es que el equipo se sintió derrotado.

La primera parte fue muy igualada, ninguno tomó la iniciativa y el marcador fue oscilando hacia ambos bandos. Que Hlinason finalmente pudiera jugar fue un alivio para el Casademont, porque el islandés sigue produciendo. Thompson no empezó mal, pero sigue teniendo problemas con las personales. La figura de los primeros 20 minutos ya fue Benzing, que encontró el acierto en ataque y se ha puesto las pilas cogiendo rebotes. Hizo 13 puntos y capturó 5 balones para 17 de valoración en 13 minutos. Acabó con 20 puntos y 24 de valoración. El alemán fue el mejor del equipo porque tuvo el acierto que le había faltado hasta ahora en ataque y, lo más importante, fue el primero en trabajar atrás con rebotes y tapones.

El equipo de Ocampo encontró más minutos seguidos del juego que quiere hacer, pero durante varios minutos se empeñó en lanzar de tres pese a su escaso acierto y eso le condenó a ir por detrás en el marcador. Cuando se olvidó de la línea de tres encontró una mayor fluidez anotadora que le permitió hacer varios parciales suficientes para darle la vuelta al marcador. Javi García volvió a contar para dar relevos en el base, mientras que Ennis siguió rotando por todas las posiciones exteriores sin encontrar su juego en ninguna.

Thompson sigue con sus mismos problemas. Comienza bien, al menos ayer, pero las faltas le descentran. Su ímpetu desmedido le hacen cometer demasiadas en ataque y se desespera cuando entiende que no le señalan alguna que cometen sobre él. Entonces va aún con más ímpetu, pensando que si a él le han empujado es que está permitido, y se sigue cargando de personales. La mayoría de las que le señalan son en ataque y tiene que abandonar la pista entre quejas y lamentos hacia los árbitros. Tanto él mismo como el equipo necesitan que se tranquilice y se centre. No puede ser que siempre haya que reservarle sin apenas jugar para los minutos finales. El Casademont necesita mucho más de su pívot titular.

La segunda parte fue más de lo mismo en el tercer cuarto. El marcador seguía sin inclinarse con seriedad hacia ninguno de los lados. Al Casademont le siguió faltando continuidad en su juego, tanto en defensa como en ataque. Atrás no encontró la manera de frenar al Burgos de manera regular y ahí comenzaron sus mayores males. Porque al no evitar puntos, los necesitaba con más urgencia, y se aceleraba, y se precipitaba. Y fallaba. No obstante, se mantuvo en partido hasta el último cuarto.

Pareció que la igualdad iba a mantenerse hasta el final, que todo podía ser cuestión de detalles. Mera ilusión. El San Pablo Burgos demostró su hambre y su competitividad. Por qué es campeón de la Champions. No falló en el momento decisivo, mientras que el Casademont se vino abajo. En tres de los siete partidos disputados ha encajado 102, 99 y 100 puntos. Demasiados, más con los problemas que tiene en ataque. Ayer se quedó sin opciones de victoria en silencio, en este nuevo baloncesto tan extraño de pabellones vacíos, gradas fríos y gritos aislados ahogados en mascarillas. Son menos de tres semanas de competición pero este Casademont no carbura. Le faltan algunas piezas, otras le chirrían. Y mañana le espera otro partido de los de victoria obligada para que la caída no empiece a ser más preocupante.

FICHA TÉCNICA

Casademont Zaragoza: San Miguel (5), Ennis (21), Brussino (7), Benzing (20), Thompson (9) -cinco inicial-, Barreiro (4), Seeley (10), Hlinason (10) y Javi García.

Hereda San Pablo Burgos: Renfroe (19), Benite (9), Rabaseda (4), Jasiel Rivero (14), Kravic (16) -cinco inicial-, Salvó (6), McFadden (14), Sakho (3), Cook (3), Horton (12) y Huskic.

Parciales: 21-21, 24-27, 23-23, 18-29.

Árbitros: Cortés, Zamorano y Rial. No hubo excluidos.

Incidencias: El Casademont Zaragoza le hizo el pasillo al conjunto burgalés por su reciente triunfo en la Liga de Campeones.