El Casademont Zaragoza tocó fondo en Alemania. Es verdad que quiso cambiar, que salió buscando el equilibrio que había perdido, pero fue un intento muy tímido y acabó desangrado por donde siempre, tumbado en la lona y vapuleado por un Brose Bamberg que aprovechó bien el regalo. 27 puntos en el primer cuarto, 28 en el segundo, 34 en el tercero y 28 en el último para un total de 117 puntos recibidos, sin prórroga, una cifra indecente que habla de un mal trabajo defensivo pero también de la falta de espíritu del equipo. Ni por pizarra ni por amor propio fue capaz el equipo aragonés de hacer frente a su rival en el partido y acabó recibiendo una derrota dolorosísima, abultadísima (41 puntos de diferencia, 117-76). El Casademont ha perdido el averaje con el Brose y también se ha quedado sin su ventaja en el general.

Es difícil cambiar de un día para otro, en tres días en este caso. El Casademont salió dispuesto a hacerlo, con Hlinason en el quinteto inicial y una apuesta por bajar revoluciones y buscar un juego ofensivo algo más elaborado, más trabajado, con algún pase. El plan se empezó a resquebrajar pronto, con el elevadísimo acierto de tres del Brose, y acabó quedándose en nada. Los germanos anotaron seis triples en el primer cuarto y eso les dio alas. El Casademont buscó la defensa exterior con jugadores más pequeños, pero entonces los germanos encontraron la vía para llegar hasta dentro y equilibraron su juego anotando desde todas las posiciones.

El equipo de Sergio Hernández se quedó sin respuesta, evidenciando la gravedad y magnitud de sus problemas. El agujero negro al que se asoma no tiene fondo. No encontró nunca la manera de defender, ni en zona, ni en individual, ni por intensidad. Ningún plan, ni un arrebato de rasmia, nada de nada. El equipo aragonés solo pudo ver cómo su rival anotaba una y otra vez, con un acierto muy elevado pero sin ninguna oposición. 40 veces tiró de tres el Bamberg, anotando en 21 ocasiones. Las mismas que metió canasta de dos puntos en 36 intentos.

Los problemas defensivos son cada vez más abultados en el Casademont. 100, 107, 113 y 117 puntos ha recibido el conjunto de Sergio Hernández en sus cuatro últimos partidos, a cual peor, a cual más sonrojante. El cambio de roles tras la llegada de Wiley ha descompensado al equipo, subestimando el trabajo atrás, y ha encogido al Casademont. Ayer volvió a perder la batalla por el rebote (41-33). Es un problema de equipo, de entrenador, y de jugadores. Vitali hizo ayer 23 puntos sin fallo, con 6/6 en tiros de tres, sin que nadie hiciera nada por evitarlo.

La falta de defensa deja al equipo sin argumentos, pero es que su ataque es otro desastre. Aquello de que el equipo ganaba por su caudal ofensivo se acabó. Demasiadas respuestas individuales para buscar soluciones sin que, además, nadie esté especialmente acertado. En Bamberg el equipo se vio desbordado de todo punto, empezando por sus bases, que no pudieron poner el ritmo deseado en ningún momento y, además, tampoco tienen amenaza exterior. Sulaimon quiso hacer de todo y no tuvo su mejor día, pero es que tampoco Brussino o Benzing o Ennis lo tuvieron. Benzing acabó con 0 puntos y -3 de valoración.

Por dentro Wiley puso energía, Harris estuvo acertado en ataque pero no atrás y Hlinason recuperó minutos pero va a necesitar mucho más para recobrar la confianza que ha perdido en las últimas semanas después de ser de lo mejor del equipo en la primera mitad de la temporada. Ahora mismo nada funciona en el Casademont. El equipo está roto y descompensado, los jugadores han perdido la confianza, no llegan soluciones de ninguna parte.

En Bamberg las caras desencajadas del equipo reflejaban el momento. La deriva del Casademont es muy peligrosa cuando se está jugando su gran sueño, llegar a la final a ocho. Este fin de semana no jugará y la semana que viene se decidirá su pase en los partidos en casa ante Dinamo Sassari y Nymburk. El Casademont todavía está a tiempo de casi todo pero necesita dar un giro radical. Volver a recomponer lo que se ha roto con las piezas que tiene y demostrar su fortaleza como grupo y como equipo. En Alemania tocó fondo y no puede seguir igual.

Ficha técnica:

Brose Bamberg: Hundt (12), Hall (16), Lockhart (7), Sengfelder (13), Thompson (17) -cinco inicial-, Larson (2), Ogbe (7), Ruoff (3), Fieler (17) y Vitali (23).

Casademont Zaragoza: San Miguel, Sulaimon (16), Benzing, Harris (10), Hlinason (4) -cinco inicial-, Brussino (12), Jaime Fernández (2), Font, Javi García, Barreiro (6), Ennis (8) y Wiley (18).

Parciales: 27-21, 28-19, 34-16, 28-20.

Árbitros: Viator (Francia), Rosso (Francia) y Yilmaz (Turquía).

Eliminados: Excluyeron por personales a Jonathan Barreiro (m.35).