Todo tiene un fin. Es el momento de cerrar la puerta del último vestuario donde voy a estar, que es aquí en Zaragoza». Con estas palabras, con la voz quebrada, con la emoción a flor de piel, con el reconocimiento del Casademont al completo y de todo el baloncesto español, Fran Vázquez anunció su adiós a una carrera deportiva de 19 años en la Liga ACB. Una trayectoria brillante que comenzó en Chantada, su localidad natal, y ha concluido en Zaragoza, donde aún confía en disputar la fase final y despedirse en las pistas, aunque sea sin público.

Con todas las camisetas que ha vestido detrás de él, con la gorra de los Orlando Magic, la franquicia que le eligió en el puesto número 11 del draft del 2005, Fran Vázquez leyó como pudo las palabras que tenía preparadas para anunciar su retirada. Pero se impuso el corazón, la emoción. Al ver a su hijo diciéndole «qué suerte tenerte», al ver a su madre y a su hermana, al recordar a su padre, a su esposa, a todos sus compañeros de equipo, a todo el cuerpo técnico, a Reynaldo Benito, a todos los compañeros, amigos, que ha acumulado allí por donde ha pasado.

El gallego recordó sus inicios en Chantada, cómo su padre tenía que esperarle después de las clases para llevarle a entrenar, su paso por el Siglo XXI, por el País Vasco, Málaga, su segunda casa, Bilbao, Gerona, Barcelona, Tenerife, Gran Canaria y Zaragoza. «El basket me eligió a mi. Ha sido un privilegio poder vivir estas 19 temporadas en la segunda mejor Liga del mundo. Ni en mis mejores sueños podía imaginar una trayectoria así», resumió. Vázquez cierra este largo capítulo de su vida «contento, orgulloso, sin pena». Ahora su intención es seguir ligado al baloncesto en la formación de jóvenes.

Una idea que surgió cuando Joan Plaza le dijo que podía aplicar todos sus conocimientos en los demás y que ha madurado en los dos últimos años, en los que se ha formado para ser entrenador. «Este año estaba haciendo el curso superior pero lo he aplazado al año que viene», indicó. De momento, su futuro más inmediato pasa por seguir el protocolo marcado para intentar reanudar la ACB con el nuevo formato. El gallego, eso sí, aclaró que se retira en cuanto acabe la temporada, que no disputará la final de la Champions que el Casademont jugará del 31 de septiembre al 4 de octubre.

Cuando eche la vista atrás, Zaragoza aparecerá como palanca y como final. En el Príncipe Felipe conquistó su primer título, la Copa del 2005 con el Unicaja, y en la capital aragonesa ha cerrado su carrera. «Estoy contento de que coincida en Zaragoza, que es una ciudad enganchada al baloncesto y donde gané mi primer título», dijo. Aquí ha encontrado lo que buscaba. «Cada equipo te da una cosa y he ido cumpliendo objetivos. Llegué a un punto súper alto en el Barça y lo he conseguido todo, así que después de eso buscaba diversión. La encontré en Tenerife y la he encontrado en Zaragoza, donde he intentado ayudar a hacer crecer al equipo».

Lo ha conseguido porque el conjunto aragonés pasó de sufrir a disfrutar. «Los años anteriores el equipo no pasó por sus mejores momentos y el año pasado jugamos el playoff y este éramos terceros», recordó. No obstante, a pesar de los excelentes resultados, destaca el vínculo con la afición. «El ambiente que se ha creado, la afición ha visto que este equipo no baja los brazos cuando está contra las cuerdas».

El pívot intentó no olvidarse de nadie, de su familia, de todos los compañeros, entrenadores, fisios, médicos, presidentes, directores deportivos, aficionados… «Gracias a todos y por todo», señaló. Y es que su palmarés es impresionante: 3 Ligas, 4 Copas, una Euroliga, una Champions, 3 Supercopas de España, una Intercontinental. Máximo taponador de la ACB y de la Euroliga. Internacional en el Eurobasket del 2005 y el Mundial del 2010, líder de la selección en las últimas ventanas de clasificación para el Mundial de China. «Todo lo que he conseguido ha sido gracias a los compañeros», aseguró.

LAS DECISIONES / Y más que podía haber conseguido porque en varias ocasiones ha preferido no acudir con la selección española y porque en el 2005 decidió no irse a la NBA después de haber sido el tercer jugador español elegido en la posición más alta tras Pau Gasol y Ricky Rubio. «Tuve que decidir muy rápido, pasó algo en la familia y tuve que elegir. No me arrepiento de nada», ha explicado. El gallego ha construido su carrera a su manera, de una forma personal y única.

Eso sí, aprovechó para desmentir todo lo que se ha dicho sobre los motivos por los que renunciaba a la selección. «En ningún momento he tenido problemas con los hermanos Gasol ni con nadie de la selección. También se ha dicho que no me gustaban las bromas que me hacían. Se han escrito muchas cosas pero siempre he estado muy tranquilo porque no eran verdad. Cuando no he ido ha sido por problemas físicos, porque soy muy cabezón y me gusta estar al 100%», dijo.

Nadie en el baloncesto español ha querido perderse la despedida. Por supuesto ninguno de sus compañeros de vestuario, que le han reclamado unas tortillas y una merienda para celebrar su adiós, pero tampoco los que se ha ido encontrando a lo largo de los años. Jorge Garbajosa, Antonio Martín, Xavi Pascual, Sergio Rodríguez, Pedro Martínez, Nico Richotti, Carlos Suárez y un largo etcétera. A Fran Vázquez solo le queda escribir el epílogo en las canchas. Después podrá disfrutar de su hijo y empezar otra etapa en los banquillos.