El Casademont vivió en Valencia una situación que ya había experimentado antes en Murcia, Sevilla y Bonn. Con la salvedad de que frente al Betis fue capaz de remontar 14 puntos para ganar, en el resto de encuentros perdió porque su rival le superó de principio a fin en intensidad, actividad y ganas. El equipo aragonés sufrió una desconexión general en esos duelos que le condenó a la derrota sin posibilidad de respuesta en un fallo colectivo más allá de números, estadísticas y explicaciones particulares.

Sin embargo, hay una constante que se repite en el Casademont Zaragoza, tanto en las victorias como en las derrotas. Y es que el equipo de Fisac, de una manera muy similar a la temporada pasada, no se caracteriza por su acierto exterior. De hecho, el Casademont es el penúltimo equipo desde la línea de tres tanto en la Liga Endesa como en la Champions. En la ACB anota 7,7 triples por partido, un número solo ligeramente mejor que el del Manresa, su próximo rival precisamente este sábado (7,3). Además, es también de los que menos lanza (22,4 por partido) y su acierto está en el 34%. En la Champions sus números son incluso algo peores porque tira un poco más (26 por jornada) y anota un poco menos (6,8 por encuentro), lo que deja su acierto en un 26,2%. Solo el Falco Szombathely presenta peores números de los 32 equipos participantes.

Con estos números ha ganado seis partidos en Liga y tres en Champions porque hay muchas otras cosas que hace bien, como rebotear o taponar (estadísticas en las que es líder en la ACB), pero es en los malos momentos, en los malos partidos, cuando se echa de menos un poco más de amenaza y de acierto exterior. Por tener algo a lo que agarrarse. De momento no hay ningún especialista en la materia que esté destacando. Ni Seeley, ni Brussino, ni Benzing, que es el que más tira del equipo. Tampoco los bases son muy tiradores. La llegada de Dylan Ennis puede ayudar en parte a paliar esa situación.

El problema del desacierto aragonés suele verse agravado con el especial acierto de sus rivales, que le superan en esa faceta en la mayoría de las ocasiones. Sucedió en Valencia, donde el equipo de Ponsarnau anotó seis triples más, cuatro más hizo el Joventut, cinco más el Burgos, tres más el Betis, ocho más el Murcia. En las nueve jornadas disputadas tan solo ante el Barça anotó más veces de tres el Casademont que su rival. Es, sin duda, el apartado con más margen de mejora del equipo.