Irreconocible. Ni siquiera una sombra de lo que fue, ni el más mínimo vestigio identifican al equipo que ayer cayó fulminado en León con el CAI que se mostraba intratable hasta la lesión de Lescano. Los locales consiguieron una ventaja de 30 puntos en el tercer cuarto que resultó definitiva y que convirtió lo que quedaba de encuentro en poco más que un entrenamiento. La relajación apareció en el conjunto aragonés y el León no tuvo ningún problema en llevarse una abultadísima y justa victoria ante un fantasma que firmó la actuación más triste de la temporada.

El CAI adoleció de una gran imprecisión anotadora durante la primera parte, pero, durante los primeros minutos, pareció contagiar al equipo local y logró llevar la ventaja en el marcador hasta los últimos dos minutos del primer cuarto, momento en el que el León se puso por delante. Los primeros diez minutos terminaron con un ajustado 15-13 que dejaba clara la falta de acierto en ataque de ambos conjuntos.

En el segundo cuarto, el CAI ofreció más de lo mismo y el equipo local aprovechó para ir sumando canastas que le dieron una máxima diferencia de diez puntos a falta de siete minutos para el descanso y que, pese a los intentos de los muchachos de Julbe, aumentaron hasta los catorce al término de los segundos diez minutos. El equipo aragonés falló en muchas ocasiones por querer llegar hasta el aro rival de la manera más complicada posible y nunca dio signos de recuperación, de poder luchar por el partido.