El CAI lo fichó gratis el pasado verano, lo disfrutó seis meses, lo vendió en febrero por 100.000 euros y lo recupera ahora, de nuevo sin invertir ni un euro. Giorgi Shermadini (Mtskheta, 1989, 2,16 metros) regresa al CAI Zaragoza por un año y lo hace con la carta de libertad, tras finalizar su contrato con el Olympiacos. Willy Villar, director deportivo del club, lo ha vuelto a hacer; otra vez el CAI consigue un negocio redondo, más aún si se suma el dinero ingresado (algo menos de 100.000 euros) por la marcha de Veremeenko al Banvit turco. El bielorruso, a quien sustituye Shermadini, también llegó libre al CAI procedente del Unics Kazan y se va sin debutar, pero dejando tras de sí el rastro del dinero.

En fin, que menos de siete meses después, Shermadini está de vuelta. "Da la sensación de que Gio no se ha ido nunca del CAI Zaragoza", dijo ayer el técnico Joaquín Ruiz Lorente. Y tiene parte de razón, aunque su ausencia sí se notó en la segunda parte de la temporada pasada, cuando el CAI echó de menos los puntos del que había sido su mejor jugador mientras estuvo en el equipo. Shermadini es un hombre de segundas partes.

Llegó al CAI del Olympiacos, en busca de un papel protagonista que no tenía en Grecia. Sí lo asumió en el equipo aragonés, en el que fue el máximo anotador y el jugador más valorado durante los seis meses que permaneció en la entidad, lo que hizo que el Olympiacos volviera a reclamarle en febrero. De un regreso a otro: ahora el pívot vuelve al CAI para ser de nuevo un líder. El georgiano cierra la plantilla, que estaba completa hace unos días, pero quedó una vacante por la inesperada salida de Veremeenko. El pívot, que jugó la final de la Eurocup la temporada pasada, recibió la semana pasada una suculenta oferta de Turquía, que superaba con creces su salario en Zaragoza.

Sin tiempo que perder, el CAI comenzó a rastrear el mercado para encontrar un sustituto que tuviera el mismo perfil que el del bielorruso, es decir, un gladiador, un pívot que se pegue con uno y con otro e intimide en defensa. Sin embargo, el club consideró que las opciones que quedaban en el mercado y encajaban con esas características no tenían un nivel a la altura del resto de la plantilla.

Por ello, la dirección deportiva se lanzó a por una de las mejores piezas que aún estaban sin cajón, Shermadini, que es menos intenso y sufre más para defender a otros pívots, pero puede hacer daño a cualquier defensor del mundo con su solvencia y talento en la pintura; un jugador, pues, que se asemeja más al estilo de Norel. En cualquier caso, la calidad nunca está de más.

El recambio llega con todas las garantías. Ya todo el mundo en Zaragoza conoce el potencial de Shermadini, y, si no, ahí están sus números como carta de presentación. En la Liga Endesa, en la que jugó 17 partidos, el pívot promedió 12.9 puntos, 5.9 rebotes y 15.8 de valoración en 23 minutos de juego, mientras que en la Eurocup sus estadísticas fueron de 9 puntos, 5.6 rebotes y 13 de valoración.

UNA GARANTÍA

Con el Olympiakos, el georgiano llegó a la final four de la Euroliga, donde cayó eliminado a manos del Madrid en el quinto partido de las semifinales. Si Veremeenko tenía una trayectoria de nivel, con una Eurocup en su palmarés, Shermadini incluso la supera, puesto que ha sido campeón de la Euroliga en dos ocasiones (en el 2009 con el Panathinaikos y en el 2013 en el Olympiacos), competición que ha jugado durante casi toda su carrera. Tras salir de Georgia, Shermadini, fijo con su selección, también ha militado en el Pallacanestro Cantú, el Olimpia de Liubliana y el Maccabi de Tel-Aviv.

Su vuelta a un equipo con menor nombre como el CAI delata el buen funcionamiento del club. "Si como jugador los aficionados y el cuerpo técnico vimos el gran nivel que exhibió, a nivel personal es muy querido por todos. Siempre ha mostrado mucho interés en volver aquí, porque se sintió muy bien y es feliz con nosotros", dijo Ruiz Lorente. "Es un jugador importante pero será uno más sumado a la causa. Nos aportará experiencia, aunque es joven ha jugado en grandes equipos y competiciones. En Europa, tener jugadores como él es importante porque ese bagaje le permite jugar con muchísima serenidad", añadió el técnico.