El proyecto del curso pasado fue construido casi desde cero por Pep Cargol y Porfirio Fisac y el técnico tardó poco en saber que quería seguir en Zaragoza: «Tenía pocas dudas. Queremos que Zaragoza se sienta orgullosa de nosotros. Al día siguiente de acabar la temporada me marché de aquí sabiendo que iba a volver. Es verdad que ha habido algún interés de algún equipo y que ha habido conversaciones, pero en ningún momento tuve dudas sobre qué hacer», dijo el preparador segoviano ayer en rueda de prensa en el Príncipe Felipe.

Aseguró que «es una satisfacción poder seguir con algo que empezamos hace un año» ya que «tenemos mucha gente detrás apoyando, de cantera, cuerpo técnico y el presidente». También resaltó que uno de los motivos que le han llevado a continuar es que «hay un talento aragonés que hay que seguir trabajando y no quería que viniera nadie que marcara un camino diferente».

Además, otro factor ha sido el emocional: «Es increíble lo que me cuesta ir por la calle sin que nadie me quiera dar un beso y no me suele pasar. Tenía una sensación de traición si me marchaba este año y el club ha hecho ese esfuerzo económico en todos los sentidos para que yo estuviera».

Fisac reconoció que se siente «muy identificado» con el proyecto y «responsable» del proceso de crecimiento como club y continuará con los mismos valores. Por ello reclama «jugadores valentía y sacrificio, unos valores innegociables», y avisó que «vamos a vivir y comer de la Liga Endesa», la competición principal, y que la Champions «nos va a divertir e ilusionarnos». «Hay una especie de muro infranqueable que están teniendo estos equipos que cuando compiten en Europa las pasan canutas en la Liga Endesa. Es una barrera ante la que tenemos que luchar», aseguró antes de reconocer que desea una plantilla que tenga entre 12 y 14 jugadores.