De lo qué podría haber sido al que será. De la mejor temporada de la historia a la ilusión de un presente que se escribe en futuro. Nadie podría presagiar en agosto que el Casademont Zaragoza llegaría a mediados de marzo codeándose con el Real Madrid ni el Barcelona. Ni la magnifica semifinal del 2019 alentaba euforias. Obviamente menos, ni los apocalípticos de vacunas, fetos e inventos, habrían pronosticado el abrupto parón que en la vida de todos se aproximaba con traje de virus y mascarilla. Nunca sabremos cuál era el siguiente capítulo de ese dulce viaje por esa Liga Endesa, por esa Champions ahora en un limbo paralelo, pero, de esa oportunidad que parece perdida, pero tampoco lo está, nadie emite un lamento.

Porque el Casademont de esta Fase Final que la ACB se ha sacado de la manga, como un experimento que hasta la NBA se ha copiado, poco tendrá que ver con ese que palmó el 8-M en el WinZink ante el Madrid. Faltan jugadores. Muchos. Al que más. No estarán ni Seeley, ni Thompson, ni el retirado Fran Vázquez, ni se recuperará al cubano Justiz ni al lituano Seibutis. Ninguno competirá este jueves por la noche ante el San Pablo Burgos (21.30), quizá el rival más débil de esta liguilla, ni en los otros cuatro partidos, como poco, en diez días de desescalada.

Pero más allá de huidos, lesionados y retirados, la pandemia ha cercenado ese ritmo, ese estado de forma físico y mental, esa racha, ese estímulo. Poco se sabe cómo reaccionarán los cuerpos a tantos días de confinamiento, a entrenamientos con protocolos, a balones desinfectados, aunque los pronósticos dictaminan los favoritos del fútbol de toda la vida.

Y eso que podría provocar un desánimo en el ‘caísmo’ ha pasado de largo porque el club ha seguido ilusionando a sus fieles. Y lo ha hecho manteniéndose firme en sus convicciones, en esas que suenan ha pasado y se conjugan en un futuro que será el presente de este Casademont. La publicitada ‘Generación Z’, la marca de la cantera roja, será la abanderada de un equipo de los de antes, con muchos chicos de la casa y muchos que tienen pintaza. Trece fichas tendrá Porfirio Fisac en Valencia con una media de 23 años, la más baja de los doce contendientes.

A los que pueden ser los últimos partidos de Carlos Alocén en la entidad, ya que parece que el Madrid lo reclamará por contrato, se unen los que ya estaban: Vit Krejci con más minutaje y Javi García en su continuado proceso de crecimiento. Pero a ellos se han unido otros por las bajas y por filosofía. El más llamativo quizá sea Jaime Pradilla, en su reconversión al ‘cuatro’ y tras un año de buen fogueo en el Palencia de LEB. Y con ellos los navarros Ander Urdiain, este año cedido en el Peñas Huesca (LEB Oro) y el Pardinyes (LEB Plata), y Aitor Etxeguren, junior que ha capitaneado este año el Anagan Olivar en EBA y ya debutó en Europa.

Pero es que hay más. El regreso de Jaime Fernández, esa sensación de que los chavales buenos no tienen por qué irse por mandato. Las renovaciones de Jonathan Barreiro, de Robin Benzing, de Nicolás Brussino y de Dylan Ennis que espantan esa sensación de huida, que confirman que se mantendrá un bloque que gana. Y la rúbrica del Grupo Costa como mejor aliado a una estructura del club renovada desde la entrada como gestor de Javier Gastón y con la guinda del proyecto de Liga Femenina Endesa. Un futuro que ya es un presente. Está aquí. Ilusiona.

Una Fase Final en un paraje paradisíaco para el amante del baloncesto. L’Alqueria y la Fonteta, un complejo elevado por la pasta de Juan Roig, mecenas del Valencia Básket y del deporte valenciano, el propietario de Mercadona y su humus. Un ‘playoff’ a toda prisa donde hay cartas marcadas. Donde los equipos ya saben que competición europea jugarán. Donde las bajas han azotado a muchos equipos, pero más al Casademont. Donde la tele será la única forma de ver los partidos, sin público, y con mil controles que ya han dejado a un miembro del Real Madrid en cuarentena. “Creo que estamos bien, aunque es una sensación de entrenamiento y no nos hemos podido testar y jugar y a lo mejor llega el partido y cambian las sensaciones. Por suerte no ha habido ninguna lesión y creo que llegamos en buena forma con un trabajo muy progresivo y la vista puesta en el torneo para llegar lo mejor posible”, dijo este miércoles San Miguel.

Burgos, que ha fichado a Pablo Aguilar. Valencia. Andorra. Gran Canaria. Real Madrid. Los rivales por dos plazas en una semifinal que se contempla ahora más lejana que en marzo. Pero esa siempre fue la filosofía de los ‘Hijos de Porfirio’. Ir como el que no va. Llegar el último para salir de los primeros. Con los principios por delante. Con los chavales de la cantera. Como ese antes que es ahora. Y el futuro.