El cambio, sobre el papel, era cromo por cromo. Pívot por pívot, mejor jugador de la presente temporada por mejor jugador de la pasada campaña. La marcha de Giorgi Shermadini al Olympiacos se asumió como menos traumática por el hecho de que Henk Norel estaba esperando con todas las ganas del mundo por volver después de su grave lesión del pasado mes de mayo. Sin embargo, el cambio se ha acabado notando más de lo esperado. Porque Henk Norel todavía no es el mismo jugador de la temporada pasada y porque, de manera contraria a la lógica, su aportación al equipo en estas jornadas no ha ido de menos a más sino todo lo contrario, de más a menos.

Shermadini era --y sigue siendo nueve partidos después de su marcha-- el jugador con mejores números de la plantilla. El máximo anotador (13), el mejor reboteador (5,9) y el más valorado (15.8). Norel ha disputado diez jornadas, las nueve últimas de manera consecutiva, y sus números, sin ser malos, son algo menores. El holandés aporta 9 puntos, 6 rebotes y suma 11 de valoración. Además, tiene peores porcentajes de lanzamiento (50% por el 63% del georgiano en tiros de dos) y va en muchas menos ocasiones y con peor acierto a la línea de tiros libres.

Los números de Norel hay que situarlos en el contexto de su regreso a las pistas tras una grave lesión de rodilla y un prolongado periodo de inactividad y fuera del equipo. No obstante, lo más llamativo es que su aportación ha ido decreciendo con el paso de las semanas, mientras que Shermadini dejó el equipo en su momento más sólido de la temporada. Norel lleva tres de las últimas cinco jornadas por debajo de los cinco puntos e incluso, en las últimas tres, ha visto reducidos sus minutos de juego por debajo de los 20 minutos de media, quedándose en tan solo 15 en San Sebastián.

"Si digo que estoy al cien por cien estaría engañando. Creo que puedo mejorar mucho aún con algo de tiempo. Poco a poco me voy sintiendo mejor pero me faltan cosas", dijo el holandés hace una semana preguntado sobre sus sensaciones en la pista. El CAI Zaragoza ha perdido a su mejor jugador y, con él, la referencia en el juego, para sí mismo y para los rivales.