Se cumplieron los pronósticos, aunque con más sufrimiento del esperado, y el Iberostar Tenerife será el rival de los cuartos de final de la final a ocho de la Basketball Champions League. El equipo insular no lo pasó bien en la primera mitad y llegó al descanso con un empate a 30, pero en la segunda parte puso la directa, rompió el partido y anuló la resistencia del Oostende belga (62-54), por lo que habrá duelo directo entre dos de los grandes favoritos a alzarse con el título en Atenas el próximo 1 de octubre, fecha en la que está previsto el encuentro entre aragoneses y canarios. Eso sí, este mismo domingo habrá una gran prueba entre ambos, ya que se enfrentan en la primera jornada de Liga.

El encuentro comenzó con dominio local. No es que estuviera muy acertado, pero si jugó mejor que su rival. Con 17-10 se fueron al final del primer cuarto, un marcador muy bajo por parte de ambos conjuntos debido a los nervios y a los problemas de los insulares para atacar en estático.

En el segundo, el Filou Oostende puso una marcha más en su juego y la presencia en cancha de Schwartz le dio más profundidad y acierto. Los belgas, gracias a un parcial de 0-8 a su favor, lograron ponerse, por primera vez, delante en el marcador (17-18). El Oostende empezó a gustarse en la cancha y se aprovechó de la falta de intensidad defensiva de los locales para mandar en el juego y llegar a falta de un minuto para el descanso con una ventaja de siete puntos (23-30). Sin embargo, el Iberostar Tenerife la neutralizó y llegó con empate a 30 al intermedio.

Marcelinho Huertas lideró la reacción local tras el descanso y luego se le unió Aaron Doornekamp que, con dos triples consecutivos, puso una diferencia de nueve puntos a favor de su equipo (46-35), lo cual rompió el partido y dejó encarrilado el pase del conjunto de Vidorreta.

Ya el combinado canario estaba donde quería, tenía el partido en sus manos y solo tuvo que mantener las distancias con su rival para ganar el choque. El Filou Oostende intentó, con Welsh en cancha, volver a meterse en el choque, pero ya su rival no se lo permitió mejorando, principalmente, sus prestaciones defensivas, a pesar de que en ataque seguía sin encontrar el camino con soltura.

Duda con el público

Por otra parte, a pesar de que sí que estaba previsto, peligra la presencia de público en esta fase final exprés planteada para finiquitar la BCL del pasado curso. El motivo es el aumento de casos de coronavirus en Atenas, donde se va a disputar la final a ocho, lo que ha empezado a generar la desconfianza de las autoridades griegas. De hecho, las nuevas medidas planteadas chocan con la idea de que haya espectadores en el OAKA de la capital helena.

Por ello, la FIBA ha pedido al AEK, club anfitrión, garantías para poder celebrar la BCL en el pabellón y, si no, hasta se plantea cambiar de sede, aunque es una medida que se contempla solo como última opción por la cercanía de la competición. De todos modos, hay cierta decepción en el seno de la FIBA ya que se esperaba que se pudiera utilizar hasta un 30% de la capacidad del recinto, lo que hubiera supuesto un total de 6.000 entradas que ahora están en el aire.