Nemanja Radovic es ese tipo de jugador que cualquier entrenador querría en su equipo. El que cualquiera llevaría a su lado si hay que ir a la guerra. Es un estajanovista del baloncesto, sacrificado, currante, solidario, buen compañero. En tiempos en los que los ala-pívots, y hasta los pívots, tienen que saber tirar de tres, el montenegrino se hizo imprescindible en el Casademont la pasada temporada sin saber hacerlo, con un 14% de acierto, con solo siete triples convertidos en toda la temporada. Daba exactamente igual, porque Radovic hacía todo lo demás, y casi todo bien. Es el primero que trabaja en defensa y no tiene miedo de ir para dentro.

Pero no estaba conforme con eso. Este verano ha trabajado, precisamente, para mejorar su tiro. Y aunque no es un especialista desde el perímetro, el domingo hizo 2/3 desde el 6,75. Si ahora va a meter también los triples, Radovic está muy cerca de ser el jugador total. Ante el Obradoiro firmó sus mejores números en los 189 partidos que ya ha disputado en la Liga ACB: igualó su tope de puntos, 22, y batió su propia marca de valoración con 31 créditos. Además, capturó 8 rebotes, dio 2 asistencias y recuperó dos balones en poco más de 24 minutos. Por si fuera poco, su acierto fue fabuloso con 9/13 en tiros de campo, solo se le escapó un triple y tres canastas de dos. No es de extrañar que sea ya uno de los más queridos por la grada.

«Me he sentido muy cómodo desde el principio», explicó después, anteponiendo siempre el colectivo a su actuación individual. «Otro día saldrá otro, eso es lo bueno que tiene este equipo, que tenemos jugadores suficientes como para que cada día destaque uno», señaló. Radovic apuntó también dos claves para explicar el inmejorable comienzo del Casademont Zaragoza: «Hemos hecho una buena defensa y disfrutamos en la pista». Claro que también puso freno a una posible euforia. «Hemos hecho dos partidos muy buenos pero no hay que subirse. Ahora nos vienen dos jornadas fuera, en Murcia va a ser muy difícil y queda mucho trabajo por delante», indicó.

De momento, el inicio del Casademont y de Radovic no ha podido ser mejor. El montenegrino, además, ha cambiado de pareja en el cuatro y esa está siendo también otra de las sorpresas del comienzo de Liga. Su relevo en el puesto es Barreiro, reconvertido a ala-pívot, y el resultado está siendo que el Casademont ha aumentado su dominio del rebote.