El Casademont Zaragoza ejerció de líder para tumbar al PAOK, último clasificado del grupo D y ya sin opciones de clasificarse, sumar su quinta victoria seguida (86-76) y asegurarse el factor cancha en las eliminatorias del playoff. Todos los objetivos que hace un par de meses parecían lejanísimos los ha conseguido el equipo de Fisac en un arreón espectacular en la Champions. Ante el PAOK tuvo problemas por dentro, le costó controlar el rebote, pero acabó encontrando las armas necesarias para llevarse el duelo, especialmente con el acierto de sus exteriores.

El partido tuvo un inicio muy emotivo. Porque se guardó un minuto de silencio sepulcral en memoria de Kobe Bryant y porque para una parte de la grada era la oportunidad de sacarse, al menos en parte, la espinita de Ginebra. Los primeros cánticos del pabellón fueron de «¡CAI, CAI!» y se notó que había unas ganas especiales de ganar este partido. Así que por un rato el equipo fue el CAIdemont en una mirada hacia atrás que quiso ser un impulso al futuro, a esas eliminatorias que esperan ahora al equipo zaragozano con el factor cancha asegurado. El club zaragozano será cabeza de serie en el sorteo de octavos de final.

Porque ahora el Casademont es líder en solitario gracias a una victoria trabajada. Aunque el PAOK es colista del grupo y ya no tenía opciones de clasificarse, vendió cara su derrota. El partido no tuvo la agresividad ni la intensidad de un duelo con mucho en juego, pero el conjunto griego desplegó sus armas y peleó el partido hasta donde pudo. Esta vez el Casademont tuvo problemas interiores por la ausencia de cinco durante algunos minutos y fue el PAOK quien dominó el rebote. A cambio, la presencia de Benzing en el cuatro ponía en la pista a más tiradores y el Casademont volvió a estar acertado desde la línea de tres.

IGUALDAD / Tras un primer estirón en el marcador del equipo local, la igualdad se hizo paso hasta el tercer cuarto. Ahí el conjunto aragonés encontró la manera de dar una salida rápida a su juego y, poco a poco, despegarse en el electrónico. Aparecieron sus exteriores. Primero Brussino con once puntos en siete minutos que catapultaron al Casademont. Después Seeley, tirando de repertorio en los últimos minutos cuando el balón se atascaba. Entre medio Ennis, que anotó en la primera parte y asistió en la segunda.

El PAOK se resistió pese a que la diferencia se instaló por encima de los diez puntos y, aunque no tuvo opciones de remontada, sí obligó al Casademont a estar atento hasta el final. El equipo de Porfirio Fisac tuvo que defender hasta el final para no llevarse ni medio susto. Lo hizo con la seguridad del equipo que sabe lo que se hace. La grada festejó un triunfo más, este con un regusto especial. Lo único negativo del final fue el golpe que se llevó Radovic con Shorter y que le obligó a pedir el cambio. Antes había tenido también problemas San Miguel, pero volvió a la pista.

El equipo de Fisac ha conseguido todos sus objetivos, poco a poco, sin hacer ruido. Ahora le queda el último, defender la primera plaza en la última jornada en Brindisi. Dependerá de sí mismo, aunque puede no necesitar ni el triunfo en función de lo que hagan sus rivales. En cualquier caso, el Casademont ha cumplido con creces en esta fase de grupos. A por el siguiente reto.