El CAI Zaragoza cumplió su objetivo, ganó en Fuenlabrada en memoria de José Luis Abós. Fue una victoria con nombre propio con el fin de honrar el recuerdo del técnico y como terapia para unos días muy duros en los que el equipo de Joaquín Ruiz ha sacado su gen más competitivo. Estuvo a punto de ganar en Estrasburgo y lo consiguió ayer en Fuenlabrada (67-69) en otro final de infarto. No juega bien el CAI, al menos no de momento, muestra enormes dificultades en ataque pero pelea los partidos, no entra en pánico en los momentos críticos y pone en muchas dificultades a sus rivales. Siempre es mejor crecer y mejorar desde la tranquilidad de los buenos resultados.

Porque el CAI Zaragoza tiene que mejorar, eso ya ha quedado claro después de cuatro jornadas. Ayer sobrevivió a Baron que, de estar descartado en la víspera, pasó a masacrar al equipo aragonés desde los 6,75 en una primera parte primorosa, sobrevivió a sus nervios y, sobre todo, a sus propios errores, que volvieron a ser unos cuantos. Especialmente en unos últimos instantes llenos de despropósitos. Todo lo superó el CAI, con más voluntad que otra cosa, con más corazón que cabeza, con más ganas de ganar que nunca para poner fin a su semana más trágica.

EXHIBICIÓN DE BARON

Ganó el equipo aragonés como pudo haber perdido. Dani Pérez tuvo el último lanzamiento, solo, completamente liberado, desde la línea de tres para darle el triunfo al Fuenlabrada, pero erró y Landry se llevó el balón como quien agarra un botín de oro. Antes, Lisch había culminado su mal partido concediendo una falta de tres tiros a Baron en un final en el que el partido viajaba de una línea de tiro libre a la otra, el equipo había concedido un triple limpio a Miso cuando Ruiz había pedido en el tiempo muerto previo controlar el perímetro, el CAI se había perdido en varios ataques cuando tenía el viento a favor... Fallos y solventados a base de voluntad y ganas. Y de un poquito de suerte.

Antes de todo eso el CAI había mostrado algunas buenas fases, sobre todo un inicio fulgurante en el que consiguió dejar al Fuenlabrada más de seis minutos sin anotar y arrancó con un prometedor 0-13. Frenó bastante bien a Panko durante todo el partido. El alero estuvo gris para lo que suele ser habitual en él, pero apareció Baron desde el principio para echarse el Fuenlabrada a la espalda. Firmó 18 puntos, con un espectacular 5/7 en triples, en dieciséis minutos antes del descanso. Tras el intermedio, el CAI pudo ajustar mejor su defensa sobre él. También al principio Katic le ganaba la partida a Akindele, hasta que poco a poco el africano fue ganando protagonismo y el serbio tenía que irse al banco cargado de personales.

El CAI se fue atascando en ataque conforme avanzaban los minutos. Su producción ofensiva fue escasa casi siempre, especialmente con los 9 puntos del segundo cuarto, aunque tan solo Goulding acabó sin anotar de los diez jugadores que saltaron a la pista. Claro que el Fuenlabrada también erró y el equipo aragonés consiguió no irse nunca del partido pese a su inercia negativa y regresar a tiempo para pelear el triunfo. Una victoria con nombre propio.