La lógica manda al CAI a dos metros bajo tierra. En el Príncipe Felipe, ayer, en la vuelta al trabajo, había un aroma a ciprés, como si todo el pabellón fuera ya un ataúd dispuesto a enterrar el segundo proyecto del club. Es un pecado capital, un sacrilegio, caer en ese pesimismo. Nadie, absolutamente a nadie, a ninguno, se le pasa por la cabeza recibir la extrema unción antes de hora. Dar la eliminatoria por perdida no está en la agenda del CAI este fin de semana. Remontar cómo sea. Esa es la esperanza, lo último que se pierde, y a lo que se agarraban ayer los jugadores de Julbe para seguir creyendo en un sueño, el de la ACB, ese que se alejó en el horizonte de La Alhambra. "Estamos jodidos, pero todavía hay una opción y hay que ir al 100 por 100 a por ella". Lo dijo Oscar González, pero ayer daba igual a quién le preguntaras porque todos respondían con el mismo tono, realista pero optimista.

El discurso lanzado podría estar escrito por cualquier político en plena campaña electoral. El CAI es hoy por hoy el caballo perdedor, por el que nadie apuesta. Las encuestas le aplastan en una realidad negativa (2-0), pero el mensaje sólo tiene un rumbo: el de la esperanza y la remontada. Cada jugador remite hacia fuera una serie de consignas cerradas, que tienen toda la semana para ingerir en un corazón herido pero que se resiste a dejar de latir. Para creérselas. "Hay que ir partido a partido". Palabras de Julbe en medio del desconsuelo del domingo que ayer eran repetidas por todo el séquito caísta.

La visión se ha reducido hasta un arco más cercano. Ya no se habla de ACB, sino de ganar el viernes. El domingo no existe todavía. "Confiábamos en traernos de Granada al menos un 1-1. No ha podido ser. Ahora no tenemos margen de error. Lo sabemos, pero el viernes vamos a ir a por todas y sabemos que contaremos con el apoyo de la afición", dice Matías Lescano. "Tenemos que concentrarnos, trabajar y aislarnos y pensar sólo en ganar el viernes. No está todo perdido", repite Mesa. "Nos centramos en vencer el viernes. Por ganas no va a ser", finaliza Oscar González. Ganar, ganar, ganar... ganar el viernes. Casi es una obsesión. Pero es que no queda otra. Luego ya se verá.

SE PUEDE GANAR Alto y clarito, para que retumbe en Las Fuentes, en el Arrabal, en Casetas, en Las Delicias... en todo Zaragoza. El S.O.S. a la Marea Roja ya se ha lanzado. La respuesta llegará, seguro. Toda la ciudad tiene que estar el viernes (21.00 horas) clavada en la guarida del CAI para demostrarle al Granada que no lo tiene todo ganado, que la serie no está decidida. El arma de la afición, de los 11.000 diablos del Infierno Rojo , es el clavo al que se agarran todos para mantener viva la llama de la ilusión. "Que vengan 11.000. Hay que hacerles la vida imposible", arenga Oscar. "Estamos decepcionados porque creíamos en el 1-1. Pero vamos 2-0. Es difícil, pero contamos con su apoyo, como contra el Plasencia", reitera Francesc Sabaté.

Por rascar que no sea. Incluso en el caos, en la superioridad manifiesta del Granada, se encuentran indicios para la fe roja . No es que el Cebé sea superior, sino que el CAI se hundió en sus propios errores. "Perdimos por pequeños detalles. El segundo lo teníamos en nuestra mano y lo dejamos escapar. Si los corregimos tenemos opciones de remontar", declara Sabaté. No es la única voz que se introduce en el análisis interno. "El rival está a un alto nivel y quizá nosotros nos confiamos, pero también demostramos con las remontadas de los dos partidos que estamos capacitados para superarles", comenta González. Matías remata la teoría positiva del mea culpa . "Con poco le complicamos la vida. Hay que trabajar para cambiar las expectativas. Ya no nos queda ningún tipo de excusas", enuncia El Bicho Lescano.

LAS REPRESALIAS Tras dos fuertes ataques recibidos, el CAI prepara sus represalias a conciencia. El Granada no les va a sorprender y tras dos recitales nazarís ya se conocen de pé a pá los secretos de Valdeolmillos. "Hay que parar a Ordín y McGhee, son sus jugadores claves, y esperar que no aparezcan otros, como en estos partidos", analiza Lescano. "Hay que potenciar nuestra defensa. Estar más atentos. Y atar a sus jugadores más resolutivos y tener mucho cuidado con Chus Fernández, que está realizando una serie sorprendente", comenta Frank Sabaté. ¿A alguien le queda alguna duda? Hay que seguir creyendo. Cosas más raras se han visto en la historia del baloncesto y con este CAI, que salta de lo mejor a lo peor como si nada, cualquier cosa es posible. Hasta lo que parece imposible.