Hay derrotas que se recuerdan más que algunas victorias. Baloncesto en Zaragoza es Magee, son los Arcega, son las Copas... y es la final de Ginebra. El 26 de marzo de 1991, el CAI Zaragoza perdió la final de la Recopa ante el PAOK de Salónica (76-72), pero salió vivo del infierno que los griegos montaron en el Patinoire des Vernets de Ginebra. 28 años después, el enfrentamiento se va a repetir aunque casi nada es igual. El Casademont es otro club, es un partido de fase de grupos de la Champions y el PAOK ha tenido que reinventarse tras pasar por dos intervenciones judiciales, muy lejos del esplendor de los 90, cuando se convirtió en un clásico de las finales europeas.

Fundado en 1926 por los griegos de Constantinopla que fueron a vivir a Salónica, al borde del mar Egeo, el PAOK (Panthessaloníkeios Athlitikós Ómilos Konstantinoupolitón o Club Atlético Pantesalónico de los Constantinopolitanos) ganó su primer título nacional en 1959, su primera Copa en 1984 (casi en paralelo al CAI Zaragoza) y se hizo un nombre en los 90. Con la llegada de Prelevic y Korfas, en 1989 el PAOK ya acumulaba dos finales de Copa y dos Ligas perdidas por los pelos. En 1990 alcanzó las semifinales de la Recopa y, en 1991, su mayor éxito, el título frente al CAI.

El equipo aragonés dominó la primera parte (31-36) y consiguió eliminar por faltas a uno de sus hombres más peligrosos, Fassoulas. Pero en la segunda parte ocurrió lo inevitable. Inevitable porque 2.000 griegos habían viajado a Ginebra sin entrada. Aficionados aragoneses denunciaron que les habían robado las suyas a punta de navaja. En el pabellón de 9.000 personas entraron 11.000 y los tesalónicos ocuparon hasta el palco. El presidente de la FIBA tuvo que ver el partido en la mesa de anotadores. En la segunda parte se produjo la habitual lluvia de monedas y mecheros por parte de la afición griega, que obligó a los árbitros a suspender el partido. Tras un cuarto de hora, los jugadores fueron presionados para volver a pista y reanudarlo. A partir de ahí el arbitraje cambió y el PAOK se llevó el duelo por 76-72.

La temporada siguiente, el equipo griego volvió a jugar la final, pero la perdió ante el Real Madrid. Un año después jugó la Final Four en Atenas y, en 1994, conquistó la Copa Korac. El año siguiente ganó otra Copa y, en 1995, disputó su última final europea cayendo ante el Taugrés de Manel Comas, técnico del CAI en Ginebra. En 1999 llevó a sus vitrinas su último título, otra Copa, y en el 2000 estrenó un nuevo pabellón, el PAOK Sports Arena en el que este miércoles el Casademont disputará la sexta jornada de la Champions League. Pero empezaron también los problemas económicos por la elevada deuda del club.

El PAOK estuvo bajo un administrador judicial en la temporada 2001-02 y se vio obligado a empezar de cero para poder enjugar su deuda. Lo hizo con jugadores jóvenes como Vassileiadis, Vassilopoulos y Mavrokefalidis, pero el equipo sufrió deportivamente y, en la campaña 2007-08, salvó la categoría in extremis. En el 2009 volvió a ser intervenido judicialmente para controlar sus cuentas y, tras unos años de travesía por el desierto, ha vuelto a ser uno de los equipos fuertes de Grecia. En el 2014 y el 2015 acabó tercero en la Liga y este año ha vuelto a jugar una final de Copa, dos décadas después de la última. Sin embargo, esta campaña no ha empezado con buen pie. En el campeonato heleno ha ganado dos partidos de los siete disputados y en la Champions cierra el grupo D con un único triunfo, el que logró la semana pasada. El PAOK está muy lejos de Ginebra.